Los aficionados a las peleas de perros son seres, no humanos, capaces de disfrutar con el sufrimiento de los perros. Si cada vez que descubren un lugar donde se realizan estas peleas, tuviesen un castigo ejemplar, a lo mejor se solucionaba. Seguro que esto seres inmundos cuando llegan a casa son maltratadores. En el fondo son cobardes acomplejados que solo se atreven con los más débiles.
Encontraron a Liam, era muy tímido y estaba cubierto de heridas. Había sido utilizado como perro de cebo en el cruel “deporte” de las peleas de perros.
Para lo amantes de los animales, solo de pensar lo que sufren, hasta la muerte, es insoportable. Es inevitable no ponerse a llorar.
Con mucho amor, Liam se curó y finalmente se mudó a un hogar de acogida. Finalmente, fue adoptado por la familia perfecta. ¡Ahora vive mejor que la mayoría de la gente!.