La Generalitat de Cataluña mantiene la presión contra el Gobierno de España, a pesar de que ya sean efectivos los indultos a los presos secesionistas, exigiendo ahora desde los partidos independentistas catalanes, representados por el Govern, que Pedro Sánchez conceda la celebración de un referéndum acordado sobre la independencia en Cataluña.
Una exigencia que se une a la de conseguir la amnistía para todos los nacionalistas implicados en el procés, y que se han convertido en la línea de discurso de Pere Aragonès, que continúa con su desafío secesionista al Estado a pesar del intento de "convivencia" y "entendimiento" planteado por los de Pedro Sánchez.
Temas que serán debatidos por los dos presidentes el próximo 2 de agosto, cuando el president del Govern catalán visite la Moncloa, en un encuentro bilateral que será el anticipo para lo que se pueda esperar en la futura mesa de negociación, que no comenzará hasta mediados del mes de septiembre.
Así pues, el Gobierno de España, dispuesto a llegar a un acuerdo con el nacionalismo catalán, ha aprobado la medida de gracia para los nueve líderes independentistas, y ha respondido a las exigencias de Aragonès para reunirse con Sánchez este verano, a pesar de la apretada agenda del presidente socialista.
Actitud de Moncloa que no se ha visto reflejada en la estrategia de republicano, que ha vuelto a subir esta semana su nivel de peticiones y de desplantes al PSOE, atacando a la "debilidad" del Estado presumida por Oriol Junqueras.
Aragonès no acudirá a la reunión de presidentes autonómicos
Así pues, no contento con los poderes ofrecidos por el Gobierno de España, Pere Aragonès exigirá el próximo 2 de agosto, que el Gobierno conceda a Cataluña la cogestión del botín de los fondos de la UE, de los cuales gran parte irán destinados a la autonomía catalana.
Sin embargo, Pere Aragonès no ha dado muestras de acercar posturas hacia el Gobierno nacional: y es que, a pesar de la mano tendida de Sánchez y los suyos, el republicano ha decidido dar un nuevo desplante a su interlocutor.
De tal manera, el presidente catalán no acudirá a la conferencia de presidentes autonómicos prevista para finales de julio, evitando así el independentista que Cataluña vuelva a ser posicionada como una de las comunidades autónomas españolas, buscando siempre la diferenciación con los demás presidentes autonómicos.