Pedro Sánchez siempre ha ido a contracorriente. El líder del PSOE y actual presidente del Gobierno nunca ha tenido reparos en rebelarse y desobedecer órdenes directas, o simplemente actuar según sus propios criterios. Esa actitud, en el pasado, se convirtió en algo loable. Ahora, sin embargo, es uno de sus mayores peligros.
La tendencia generalizada en el ámbito político con aquellos que tienen retoños es presentarlos en sociedad. Una de las vías más rápidas para realizar esta presentación son las redes sociales, donde los políticos cuelgan fotos de sus pequeños con el objetivo de apelar al sentimiento de ternura y lograr cientos de interacciones con estas delicadas criaturas.
Si bien es cierto que esas publicaciones se realizan con los hijos recién nacidos o de corta edad, Sánchez muestra de nuevo ir contracorriente buscando ocultar a toda costa su álbum familiar. El presidente quiere blindar su imagen y vida privada y separarla de su faceta como gestor público. Ocultando a sus hijas, Sánchez solo consigue levantar sospechas sobre el motivo de esta dolosa ocultación de su descendencia.
De ser por él, probablemente ocultaría también a su esposa, Begoña Gómez. A pesar de todos los esfuerzos de la pareja por hacer desaparecer a la esposa del presidente de los medios, el daño ya está hecho. Las injerencias de Iván Redondo mostraron en exceso a Begoña Gómez, quien se tuvo que hundir en el ostracismo para evitar amplificar el escándalo de la marcha feminista del 8-M y los contagios por COVID en marzo de 2020.
Los intentos de Sánchez por ocultar a su familia también son extensivos al audiovisual. En el rodaje de la docuserie sobre la rutina de La Moncloa, Sánchez se cerciora de que las cámaras de las productoras que están grabando no muestren ninguna imagen de sus hijas con el objetivo de proteger su imagen e intimidad.
Muchos sospechan que podría haber un motivo oculto detrás de esta extraña estrategia, y Sánchez evitaría así un nuevo descrédito ante la opinión pública, que cada vez tiene menos paciencia con las charadas de un presidente al que se le acaba el tiempo de legislatura y apenas ha realizado una minúscula parte de los avances que prometió en campaña electoral.