Arturo Pérez-Reverte se ha convertido, en los últimos años, no sólo en uno de los escritores más famosos y condecorados del panorama nacional español, sino en uno de los famosos más influyentes y polémicos de las redes sociales.
Y es que, como él mismo asegura, a sus 70 años y con el gran recorrido profesional que tiene a sus espaldas, siente la libertad de poder decir lo que quiere, sin filtro alguno, y sin importarle en demasía lo que otros opinen de sus palabras.
"Me callo muchas cosas. Cuando tienes 70 años, has escrito novelas, has sido reportero... no eres tan vulnerable como si eres joven. Y consciente de ello, me permito cosas" ha asegurado el escritor durante su entrevista en el plató de El Hormiguero.
Cosas entre las que se encuentra el poder ser sincero sobre muchos temas de la actualidad; también en política, utilizando las redes sociales para dar más de un varapalo a los principales líderes políticos. Algo que volvió a hacer en el plató de televisión, donde no dudó en describir a Pedro Sánchez como un "personaje de novela interesantísimo"... pero "malo".
"A Sánchez lo definí hace tres años. Dije que es valiente y que no tiene escrúpulos. Es un pistolero que a los que no ha matado los matará. Hasta al Rey. Ha matado a todos, y al Rey no, porque lo necesita. Para una novela es un personaje interesantísimo. Es arrogante, es malo, es chulo... si se fuera a casar con mi hija no me haría tanta gracia".
El lenguaje inclusivo, cosa de "analfabetos"
Pero el escritor no sólo tenía palabras para cargar contra Pedro Sánchez, sino también contra algunos de sus miembros de Gobierno y sus propuestas, haciendo especial hincapié en un tema que le toca muy de cerca: el lenguaje inclusivo defendido y promocionado por las ministras, y principalmente, desde el ministerio de Igualdad de Irene Montero.
Un tema que ha sido polémica dentro de sus redes sociales en varias ocasiones, y que defendía en El Hormiguero desde una nueva perspectiva.
"El lenguaje se basa en muchas pautas machistas y debe cambiar" reconocía Pérez-Reverte "de hecho, cambia; pero no se puede violentar, que se cambie en cuatro días vía decreto".
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Así pues, explicaba que "la palabra 'putada' es una palabra que el colectivo dice que es denigrante y que quieren quitar del diccionario. No podemos, porque la han utilizado Cela y otros grandes autores, y si alguien no sabe lo que significa tiene que tener un sitio donde encontrar su definición. Eso es lo que hace la Academia".
Algo por lo que, tal y como defiende el escritor, muchas de las premisas exigidas por las feministas más radicales caen en la ignorancia: "ninguna feminista seria cae en esas cosas. Caen los analfabetos" ha sentenciado.