Carles Puigdemont puede volver a España a partir del próximo viernes gracias a la reforma del Código Penal que modifica los delitos de sedición y malversación de forma conveniente para que el líder catalán pueda pisar suelo español sin sufrir consecuencias.
Se trata de una de las mayores vergüenzas de la democracia, una modificación prácticamente a dedo para que el fugado líder del procés pueda volver a España sin tener que rendir cuentas ante la justicia.
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Un hecho realmente sorprendente si tenemos en cuenta la promesa que hizo Pedro Sánchez durante el debate electoral previo a las últimas Elecciones Generales, cuando prometió ante toda España que traería de vuelta a Puigdemont para que pagara por sus delitos.
"A ustedes señor Casado, se les fugó Puigdemont. Y yo me comprometo hoy y aquí a traerlo de vuelta a España y que rinda cuentas ante la justicia española", afirmó Pedro Sánchez, dirigiéndose al entonces líder del PP, Pablo Casado.
Pedro Sánchez vuelve a incumplir una promesa
Han sido numerosas las veces que Pedro Sánchez ha faltado a la verdad durante su paso por la presidencia del Gobierno. Muchas de sus promesas han sido incumplidas, pero pocas tan graves como esta.
Efectivamente, Puigdemont volverá a España pero no lo hará para pagar por sus actos: es el mayor deshonor de toda la trayectoria de Sánchez en Moncloa.
Lo que pasó en Cataluña el 1 de octubre de 2017 supuso una de las mayores afrentas a la democracia en la historia de España, con un referéndum ilegal que se cocinó mediante la suma de numerosos delitos. Puigdemont fue el cabecilla de gran parte de esos delitos, y ahora podrá volver después de cinco años fugado de la justicia gracias a Sánchez.
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El incumplimiento de la promesa que hizo demuestra una vez más que el presidente del Gobierno de España no es una persona de fiar.