'Dime con quién andas, y te diré quién eres'. Un refrán que se ha convertido, una vez más, en una evidencia. Pedro Sánchez ha decidido, en estos años de mandato, convertir a los independentistas catalanes en sus principales 'aliados'. Unos aliados que buscan manipular la información a su voluntad, atemorizar a los ciudadanos, y aleccionar a los niños para que respondan a sus intereses ideológicos y políticos... tal y como planea ahora hacer Pedro Sánchez a nivel nacional.
Así pues, bien conocido es el sesgo informativo del presidente del Gobierno quien, cada vez que debe aparecer en una entrevista en un medio de comunicación, siempre escoge a aquellos que le son fieles, como es el caso de la Cadena SER, TVE, eldiario.es o La Sexta.
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Sesgo ideológico del presidente del Gobierno en los medios de comunicación que Sánchez planea ahora implantar en los estudios de Bachillerato de los jóvenes, imitando así a los independentistas, trasladando a las aulas su obsesión por los medios de comunicación, y adoctrinando a los alumnos sobre la idoneidad de estos medios según la ideología del presidente socialista.
Un plan que llevará a cabo gracias al currículo de Bachillerato presentado por los socialistas, de más de 500 folios, en el que se repite la idea de implantar como "competencia" de los alumnos el prestar "una mayor atención" a los medios de comunicación "con actitud crítica, identificando el punto de vista y la intención del emisor, valorando su fiabilidad, su forma y su contenido".
La manipulación de la "desinformación" de los jóvenes
Términos como "desinformación", "manipulación" y "posverdad" que en el proyecto socialista se atribuyen a los medios de comunicación, señalando así a los profesionales de la información como 'manipuladores' natos de la sociedad; eso sí, solo aquellos que van en contra de la ideología del presidente.
Una búsqueda de la "desinformación" de los estudiantes de Bachillerato que Sánchez ha ampliado hasta llegar a cuestionar la 'objetividad' de asignaturas como 'La Historia de España', evitando hablar de la parcialidad con la que su Gobierno actúa socialmente con asuntos como la Ley de Memoria Histórica o el traslado de los restos de Francisco Franco.
"La Historia de España adquiere un papel fundamental para el ejercicio del espíritu crítico, fundamentado y razonado, para prevenir la desinformación y ejercer el conjunto de valores cívicos que enmarca la Constitución" señala el currículo.
Una Constitución que sus propios aliados del Gobierno buscan quebrantar día tras día, con actitudes ahora imitadas por el presidente socialista, que pretende acabar con la libertad de prensa, y la libertad de información, disfrazando esta censura como una "vigilancia contra la desinformación".