Los principales líderes políticos de todo el mundo se han dado cita en la Cumbre del Clima de Glasgow para llegar a un acuerdo, definitivo y vinculante, que consiga frenar el desastre del cambio climático a nivel mundial.
Un encuentro en el que el presidente socialista Pedro Sánchez ha aprovechado para sacar pecho de su gestión económica, prometiendo que España aumentará un 50% su aportación a la financiación internacional contra el cambio climático, alcanzando los 1.350 millones de euros anuales a partir de 2025.
"Desde que nos reunimos en Madrid hace ya dos años, la certeza de los catastróficos riesgos de la crisis climática es cada vez mayor" defendía el presidente socialista en su intervención "La buena noticia es que sabemos lo que hay que hacer, pero necesitamos determinación política y acción inmediata".
Así pues, Sánchez apuesta por establecer como "principal objetivo" el "reducir las emisiones", así como "seguir apostando por las energías renovables, la eficiencia energética y la movilidad limpia".
La hipocresía de Sánchez va en Falcon
Sin embargo, a pesar de las promesas pronunciadas por el socialista en la COP 26, lo cierto es que el Ejecutivo del socialista ha sido considerado como uno de los "más contaminantes", debido a su uso continuado de vuelos privados por parte de los "ministros del Gobierno", así como del propio presidente.
"No sólo es el Gobierno más caro de la historia, también es el menos respetuoso con el medio ambiente" ha criticado el diputado del Grupo Mixto Pablo Cambronero en el Congreso de los Diputados "Curioso en un Ejecutivo que se autodetermina verde y comprometido con el cambio climático".
Una crítica en la que se pone nuevamente sobre la mesa el uso 'indiscriminado' de Pedro Sánchez del Falcon presidencial, usándose como ejemplo, tal y como ha destacado OKDiario, el último viaje del presidente socialista a Barcelona. Un viaje en el que Sánchez utilizó el Falcon para reunirse con Pere Aragonès y, posteriormente, se desplazó, también con el jet, a Zaragoza, donde se reunión con el presidente aragonés Javier Lambán.
Un viaje a Zaragoza que supuso un vuelo de 38 minutos de duración, existiendo una alternativa de viaje mucho menos contaminante: el AVE, cuyo trayecto apenas alcanza una hora, y cuya contaminación es muy inferior a la del jet presidencial.
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Sin embargo, Sánchez no es el único 'pillado' con este tipo de vuelos; y es que el diputado también ha criticado los "vuelos compulsivos" de los ministros a Canarias, así como los vuelos, de apenas 16 minutos de duración, desde el Ministerio de Defensa, provocando "una brutal emisión de gases a la atmósfera sólo en el despegue".
Críticas ante las que el presidente socialista, evitando confesar la disparidad entre su discurso climático y sus viajes contaminantes, se ha refugiado nuevamente en las capacidades de su cargo, evitando dar explicaciones sobre su uso abusivo del Falcon, catalogándolo de "materia clasificada con el máximo grado de protección".