Para ser ministro en España, ¿hay qué ser el más bobo de la clase? ¿A quién se refiere Sánchez Dragó?

El escritor ha humillado en Twitter a Rafael Simancas y a Alberto Garzón

Para ser ministro en España, ¿hay qué ser el más bobo de la clase? ¿A quién se refiere Sánchez Dragó?
Para ser ministro en España, ¿hay qué ser el más bobo de la clase? ¿A quién se refiere Sánchez Dragó?

No hay nadie en este país que no conozca al escritor Fernando Sánchez Dragó. Y pocos debe haber que todavía confían en el socialismo y el comunismo después de la gestión del coletas y del mentiroso.

Después de que el diputado socialista Rafael Simancas dedicara unas palabras fuera de lugar sobre la incidencia del coronavirus en Madrid, ha llegado el turno de Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida y actual ministro de consumo.

Dos inútiles prescindibles

El papel del comunista Garzón es totalmente prescindible en esta pandemia. Es un cero a la izquierda que no está aportando nada salvo gasto para las arcas del Estado. Está obsesionado con el juego en línea y no se mueve de ahí.

Sánchez Dragó reconoce que “habré hecho a lo largo de mi vida profesional unas 4.000 entrevistas, si no más. Una vez me preguntó un periodista que quién había sido el entrevistado más tonto. Dije que Rafael Simancas. Eso fue en 2008. Compruebo hoy que desde entonces no ha mejorado mucho”.

Nuevo récord

Pero a raíz de las palabras de Alberto Garzón, criticando al sector turístico y asegurando que no aporta ningún valor añadido (impresionante), Dragó ha reconsiderado su podio de tontos. (Alfonso Ussía arremete contra el ministro Garzón y su escaso intelecto con un soneto desternillante)

“Dije ayer que el entrevistado más tonto con el que me había topado en mi kilométrica carrera profesional era Simancas. Quizá, añado hoy, el ministro Garzón debe de ser igual de tonto, si no más, pero a él nunca le he entrevistado. Ni ganas. ¡Para oír tonterías!”, ha escrito en Twitter.

Una reflexión

No se podía quedar tranquillo el escritor si no lanzaba la siguiente pregunta a sus seguidores para terminar con sus dudas: “Una pregunta socrática antes de irme a la ducha... ¿Para llegar a ministro en España qué es mejor? ¿Ser el más listo de la clase o ser bobo?”.