A Pablo Iglesias parece que le ha funcionado en Cataluña su explosión de radicalismo, cuestionando la democracia en España, comparando a Puigdemont con los exiliados de la República y denigrando la monarquía española. Tras los fracasos en Galicia y País Vasco, Iglesias podría apostar por mantener su novedosa línea dura después de salvar los muebles en Cataluña.
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Podemos, mediante la candidatura liderada por Jéssica Albiach (En Comú Podem) ha retenido sus ocho escaños en el Parlamento catalán en la jornada electoral del 14F y, con ello, y recupera sensaciones con respecto a la debacle que supusieron para esta formación política los comicios vascos y gallegos en los que sufrieron un importante correctivo electoral.
Sin embargo, la formación no ha logrado aumentar sus resultados, objetivo al que aspiraban, y ha visto como la irrupción de Vox le ha superado en representación en Cataluña. La presencia de Podemos en el Gobierno de la nación no ha supuesto una mejora electoral para los comunes, al contrario del PSC que ha conseguido rentabilizar la candidatura del exministro Salvador Illa.
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Los 'comunes' han logrado sortear los peores sondeos que pronosticaban un hundimiento en estos comicios y pierden, con el porcentaje de voto escrutado, aproximadamente medio punto al situarse por ahora en un 6,91% del sufragio escrutado. La circunscripción de Barcelona continúa siendo su gran bastión en la región.
Sin embargo, la candidatura de Albiach no ha conseguido llegar a los niveles de 2015. En aquella ocasión, la candidatura Catalunya Sí que es Pot, formada entonces por Podemos, ICV y EUiA, logró 11 diputados, concurriendo además sin el apoyo de los 'comunes' de Ada Colau, y con un candidato Lluís Rabel, un activista vecinal.
Fracasos en Galicia y País Vasco
También sigue lejos de los niveles alcanzados en 2012 por Iniciativa Per Catalunya Verds-EUiA, espacio al que sustituyó Podemos y que alcanzó 13.
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Pero las elecciones catalanas han servicio a Podemos para recobrar pulso en los comicios frente al fracaso de los comicios autonómicos vascos y gallegos de julio, que fue uno de sus peores batacazos de su historia al perder gran parte de su electoral en estos territorios, al quedarse fuera del Parlamento gallego, donde eran segunda fuerza, y rebajando a la mitad su presencia en la cámara vasca, con 6 escaños.
Además, fueron las primeras elecciones tras la entrada de Unidas Podemos a la Moncloa, lo que no impidió ese descalabro.