Pablo Casado e Isabel Ayuso le echan un jarro de agua fría a Sánchez y compañía

El Gobierno, que esperaba encontrarse con un 'adversario político' roto en las elecciones, tendrá que enfrentarse ahora al resurgir de los populares.

Pablo Casado e Isabel Ayuso le echan un jarro de agua fría a Sánchez y compañía
Pablo Casado e Isabel Ayuso le echan un jarro de agua fría a Sánchez y compañía

La 'guerra interna' del Partido Popular ha llenado las portadas de la actualidad política española durante algo más de 72 horas, que parecían vaticinar el fin de la formación liderada por Pablo Casado.

Y es que la ruptura entre el líder de los populares y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso, era más que evidente: sobre todo, era definitiva, después de conocerse que la dirección del patido habría abierto una investigación a Ayuso por un polémico contrato sanitario a través del cual su hermano cobró una comisión durante la pandemia.

Investigación ante la que Teodoro García Egea habría sido muy duro con las "acusaciones gravísimas" en el conflicto Ayuso-Casado, llegando a confirmar que el partido estaba estudiando acciones legales cotra la presidenta.

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Palabras que poco después eran matizadas por el propio partido, que este sábado informaba a través de un comunciado que Casado habría trasladado este viernes a Ayuso que "el comunicado hecho público por la Comunidad de Madrid aportando la información requerida sobre la contratación de emergencia se incorporará al expediente informativo abierto para concluirlo satisfactoriamente".

Un 'carpetazo' repentino a la brutal crisis interna del PP que, a la vez que aliviaba a los principales presidentes autonómicos del partido y a los barones, generaba un fuerte malestar en el Gobierno conformado por Pedro Sánchez y sus socios.

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Así pues, el pacto para finalizar con el conflicto, al menos de puertas para fuera, entre la presidenta de la Comunidad de Madrid y el líder de su partido, ha acabado con las esperanzas de los socialistas.

Y es que la crisis interna del PP podría haber debilitado al principal partido de la oposición a Sánchez, haciendo casi imposible que los populares pudieran derrotar a los socialistas en unas hipotéticas elecciones generales.

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Sin embargo, ahora, el Partido Popular estaría resurgiendo de sus cenizas, haciendo que, aunque las heridas sigan abiertas entre los principales líderes del partido, la "unión" estatal de la formación para combatir a la izquierda socialista y podemita vuelva a reinar en la formación de Pablo Casado, volviendo a ser la gran alternativa política frente al PSOE y sus socios de Gobierno.

Posibilidad que 'escuece' principalmente a Pedro Sánchez, después de que las últimas semanas hayan evidenciado que el PSOE no contará en el futuro con el apoyo incondicional de independentistas vascos y catalanes, lo que podría hacer que el socialista pierda, en un futuro próximo, el palacio de la Moncloa.