La segunda temporada de Dembélé en el Barça empezó con un rayo de esperanza. El francés marcaba goles importantes, no se complicaba jugando y parecía haber encontrado la felicidad tras un primer año para olvidar.
Sin embargo, desde su gol a la Real Sociedad el 15 de septiembre, el extremo vive en una espiral de autodestrucción que tuvo su punto álgido ante el Sevilla, donde el Camp Nou le abucheó tras perder varios balones.
Precisamente ante el Sevilla en la Supercopa fue donde Dembélé empezó un ilusionante curso y ahora frente al mismo equipo y apenas dos meses después podría haber cavado su propia tumba.
Una vez lesionado Messi, el galo tenía su oportunidad para demostrar de nuevo su potencial, pero primero tardó más de diez minutos en saltar al césped tras un entrenamiento poco intenso, y luego acumuló diversos errores que hicieron perder la paciencia a los aficionados azulgrana.
Sin protagonismo en Champions
Lo cierto es que en Liga ha participado en todos los encuentros, aunque en los últimos lo hizo como suplente. En Champions, tras el encuentro ante el PSV donde marcó un golazo, no ha disputado un sólo minuto y precisamente el equipo ha acumulado sin él sus mejores victorias ante Tottenham e Inter.
Ante los italianos, el ex del Borussia Dortmund habría llegado 25 minutos tarde a la concentración del equipo previa al partido según Cuatro. Ese podría ser uno de los motivos por los que Valverde decidió no ponerle ni a calentar pese a que el partido mostraba un marcador apretado.
Gerard Piqué ya dejó caer, en la despedida de Iniesta, los problemas del joven futbolista con los horarios: "El grupo de Whatsapp lo tenemos para comunicar los horarios. Va bien porque Dembélé siempre llega tarde", aseguró el central. Y mientras van pasando las semanas, Dembélé va perdiendo crédito.