Los siete CDR detenidos acusados de terrorismo trataban de no ser descubiertos por la policía hablando en clave. Usaban seudónimos en sus conversaciones para no levantar sospechas o ser detectados en las escuchas.
Términos como “Gandalf” para referirse a Quim Torra, “Lisa” para Puigdemont o “destilar una cerveza” para hablar de los explosivos. Pero la Guardia Civil descubrió una nueva y su significado “Marcharse de excursión”.
Larga lista
La benemérita tenía una larga lista de palabras clave, que iba incrementando a media que se acercaba la sentencia al procés. Llegaron a la conclusión de que “marcharse de excursión” significaba “su posible huida”.
Es por ello que el cuerpo armado no pudo esperar más y se apresuró a su detención. Saltaron las alarmas cuando Jordi Ros, encargado de preparar las bombas habló de su fuga con una persona bajo el nombre de “Alma”.
Recursos económicos
En dicha conversación, el señor de los explosivos le explicaba a “Alma” que quería marcharse de excursión, y la otra persona le preguntaba si tenía los suficientes recursos económicos para ello.
También comentan la existencia de una hucha ‘antirepre’ (¿anti-represión?). Jordi le sigue comentando que se irá y no lo comunicará a ‘antirepe’ y que ya ‘han hecho ir a uno’.
La conclusión
La Guardia Civil plasmo en el informe su siguiente conclusión: "Del contenido de la conversación se extrae que Jordi Ros estaría preparando su posible huida debido a las actividades ilícitas que viene desarrollando, para lo cual solicita algún tipo de financiación.
Tan sólo pasaron 17 días hasta que la benemérita entró a zafarrancho de combate por la puerta y detuvo a Jordi Ros junto al resto de CDR en la Operación Judas.