En el club de los líos en que se ha convertido el FC Barcelona, que está destinado a perder a Messi a coste cero dentro de ocho meses, se avecina un nuevo conflicto relacionado con su estrella emergente Ansu Fati. Bartomeu no lo tiene bien atado y podría volar. Su agente, Jorge Mendes, está en ello.
Un acuerdo verbal para renovar
Ansu Fati ha pactado un acuerdo verbal con el FC Barcelona para renovar y ampliar el contrato que tiene firmado como futbolista aficionado. El nuevo internacional español no dispone todavía de ficha con el primer equipo, ni dorsal asignado como tal. El FC Barcelona no acostumbra a convertir en profesionales a sus promesas a los 17 años, pero el caso de Fati es excepcional y la negociación está en marcha.
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Pero todo lo que rodea al FC Barcelona del presidente Bartomeu parece presidido por el caos. El tema estaba claro hace unas semanas, pero desde entonces han ocurrido muchas cosas.
Entre otras, que Jorge Mendes, un lince de los negocios futbolísticos, se ha hecho cargo de los destinos del futbolista. Y entre un zorro viejo como el agente portugués y el pelotón de los torpes que forman la directiva del Barça, cualquier cosa puede ocurrir.
El papel de Jorge Mendes
Por ejemplo, que Ansu Fati se eche para atrás conociendo a Jorge Mendes, que vive de las comisiones de las operaciones que hace con sus representados y no de una cantidad anual fija, como hacen la mayoría de agentes.
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Hoy se ha sabido a través de Mundo Deportivo que al Barcelona le ha llegado una oferta de 150 millones por el jugador. Y Jorge Mendes está atento para endurecer las condiciones del nuevo contrato por el que la cláusula de rescisión pasa de 170 a 400 millones. No lo pondrá fácil.
Teniendo en cuenta que el Barça ha descartado la venta de Ansu Fati por 150 millones, Mendes exigirá un contrato acorde con ese valor. Y en el Barça, que está liquidando a sus cracks para aligerar la masa salarial, no están por la labor de pagarle a un juvenil el contrato de crack que exigirá el intermediario portugués.
Bartomeu deberá someterse a las exigencias de Ansu Fati
Lo que tenía que ser una renovación automática corre el peligro de convertirse en un nuevo culebrón que deja en muy mal lugar a esta junta directiva que genera y eterniza los problemas que surgen en el club.
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La cuestión es que todavía no repuestos en el Camp Nou del susto Messi, un incendio amenaza con volver a romper la estabilidad del club. Y Ansu Fati, el número dos en el ranking de preferencias de la afición culé, corre el riesgo de volar si la directiva no se somete a las nuevas y exigentes condiciones que impondrá el representante del jugador.
Y es que en el Camp Nou cuando no tienen problemas se los inventan.