Hace exactamente un año, España comenzaba su confinamiento absoluto, establecido por el Estado de Alarma impuesto por el Gobierno de España para combatir la pandemia del coronavirus, mientras los fallecimientos por el virus de Wuhan acumulaba víctimas día tras día.
Una pandemia que pronto comenzaría a mostrar sus primeros signos económicos, con la caída del empleo y, por consiguiente, la economía de los hogares españoles, mientras las olas del coronavirus se continuaban a lo largo de todo el año 2020.
Ahora, la llegada de la vacuna ha hecho que los expertos economistas centren ahora sus esfuerzos en prever cómo y cuándo comenzará la recuperación económica del país, a pesar de que la crisis sanitaria aún no está controlada al completo.
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Y los datos no son positivos, según refleja el estudio realizado por El Confidencial: y es que la actual crisis económica se convertirá en una de las mayores herencias envenenadas que ha experimentado España en toda su historia; la necesidad, expuesta por los economistas, de que los países mantengan los estímulos fiscales para evitar un colapso económico, hará que la deuda española ascienda hasta el 120% del PIB.
Una subida que provocará que España tenga que 'apretarse el cinturón', al menos, durante la próxima década, que no promete ser sencilla: y es que la llegada a la edad de la jubilación de los 'baby boom' hará aún más difícil recortar el gasto público.
Las cifras reales se conocerán en los próximos meses
La recuperación del consumo es, principalmente, la vía preferida por los economistas para asegurar una rápida salida de esta 'crisis relámpago' provocada por la pandemia; algo que ha comenzado a experimentarse ya, registrándose en marzo un leve ascenso del gasto en los hogares.
Sin embargo, esto pronto podría cambiar: y es que, en los próximos meses, España podrá conocer las cifras reales que el coronavirus deja a nivel económico en el país, las cuales no prometen ser alentadoras.
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Según los datos publicados, casi cuatro millones de personas se encuentran sin empleo en el país tras la pandemia del coronavirus; desempleo en el que no se contemplan, de momento, los trabajadores en ERTE, o las pequeñas y medianas empresas que intentan capear la crisis económica a través de préstamos ICO, o ahorros, pudiendo aumentar la cifra final en los próximos meses, cuando los empresarios deban decidir si reincorporar a toda su plantilla o despedirla para intentar no cerrar el comercio, a la vez que tendrán que comenzar a hacer frente a los préstamos estatales.
Una situación que sólo podrá evitarse a medio y largo plazo si las ayudas públicas aprobadas llegan a tiempo para evitar la difícil decisión de cierre que pesa sobre miles de pymes y autónomos, abandonados desde hace un año por el Estado.