Los avances en tecnología del ADN han permitido resolver el crimen, 9 años después de ser cometido.
Los trabajadores del centro de residuos de Valdemingómez no olvidarán nunca aquel pasado 12 de mayo de 2012 cuando, en una de las cintas transportadoras del centro de residuos, encontraban el cuerpo sin vida de un bebé recién nacido.
Tras llamar al 091, los Agentes de Seguridad Ciudadana, de la brigada de Científica y del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se desplazaban al vertedero, donde inspeccionaban de forma ocular el lugar antes de trasladar el cadáver.
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La autopsia revelaba, en ese 2012, que la bebé había sufrido una muerte violenta, declarándose como causa oficial de la muerte la asfixia mecánica y un traumatismo cráneo-encefálico severo.
A pesar del ADN recogido en el momento, nada se pudo hacer para cerrar el caso, quedando archivado sin haber encontrado al responsable del asesinato de la pequeña.
Nueve años después, se resuelve el crimen
Nueve años han pasado desde el traumático hallazgo del cuerpo de la recién nacida; tiempo en el que han avanzado de forma considerable las tecnologías; en concreto, la tecnología que ha permitido a la Policía Nacional estudiar más profundamente el ADN de la niña registrado en 2012, consiguiéndose determinar la identidad del padre de la niña, cruzando los perfiles genéticos.
El hombre ha sido detenido por lesiones. Sin embargo, las declaraciones del padre del bebé fallecido han permitido conocer la identidad de la madre; una mujer ecuatoriana de 30 años de edad, que actualmente se encuentra en prisión provisional, acusada de un delito de homicidio.