A pocos días de que se cumpla un mes del trágico accidente que se llevó la vida del futbolista José Antonio Reyes y su primo, Jonathan Reyes, siguen si esclarecerse los detalles del suceso.
Miryam Moya, una perito judicial especializada en accidentes de tráfico, ha publicado su investigación particular sobre el caso, realizado con "escáneres láser, instrumentos perfectos para la documentación 3D y topografía".
En las conclusiones de la perito, ésta señala que el futbolista iba a una velocidad de entre 111 y 128 km por hora, entrando dentro de los límites permitidos en a A-376.
Contradice así a la investigación de la Guardia Civil, que desde el primer momento afirmó que el vehículo iba a más de 200km/h.
Las causas: una rueda y muy mala suerte
Según Moya, y basándose en las marcas de los neumáticos y los daños del vehículo, el vehículo llevaba tres neumáticos con la presión correcta, pero uno iba a 0, es decir, pinchado. "El conductor del vehículo percibe el fallo mecánico que ocurre en su rueda derecha trasera por el que pierde estabilidad, que intenta recuperar frenando e intentando estabilizar su propio coche".
La perito también afirma en su investigación que si el vehículo se hubiese salido "solo un segundo despúes" de la calzada, es posible que se hubiese chocado contra la barrera de seguridad, y se habrían evitado las consecuencias mortales del accidente.
Y es que, según este nuevo informe, la barrera protectora estaba a solo 29 metros de distancia de donde el Mercedes de Reyes volteó; "barrera de seguridad que tiene la misión de salvar desniveles del terreno y obras de drenaje, que en esta ocasión se quedó demasiado lejos, a un segundo de distancia"
Myriam no es la única que lo afirma
Según Francisco Galadi, perito de contacto del programa 'Jugones', y experto en reconstrucción de accidentes, estaba claro que Reyes circulaba a una velocidad de unos 130km/h. (El inoportuno comentario de Cañizares sobre la muerte de Reyes que ha incendiado a las redes)
Éste perito también desmiente, así, la versión de la Guardia Civil, y vuelve a remarcar la culpabilidad de la rueda que falló: ·Ahí se ven cuatro huellas. De las cuatro, una es de fricciones de algo metálico en el asfalto. No me cabe duda de que es el filo de la llanta de aluminio".