"Es un pistolero que a los que no ha matado, los matará. Hasta al Rey. Ha matado a todos, y al Rey no, porque lo necesita".
Con estas palabras caracterizaba Arturo Pérez-Reverte, durante su entrevista en el Hormiguero de Antena 3, al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Palabras que parecían un vaticinio de las acciones de Pedro Sánchez para este viernes cuando, en un último gesto, decidía convocar a la 39º Ejecutiva Federal socialista, compuesta por aquellos que le apoyaron en las primarias de 2017 que le llevaron a liderar el PSOE y con ello, a llegar a la Moncloa.
Y es que, si bien en esta reunión se ha visto a un Pedro Sánchez visiblemente emocionado, tal y como apunta Europa Press, la realidad es que el presidente socialista cuenta con hacer una gran 'purga' dentro de la Ejecutiva socialista.
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"Unos continuarán, otros no" ha confirmado el presidente socialista en un críptico mensaje; una declaración ante la que sólo parecen estar a salvo los puestos de Adriana Lastra, que repetirá presumiblemente como vicesecretaria general del PSOE, y Santos Cerdán, que se consolida como el secretario de Organización, mientras muchos han asegurado que el discurso de Narbona sonaba a "despedida".
Tampoco ha dado pistas el socialista sobre las nuevas incorporaciones a la Ejecutiva, aunque se prevé que ésta sea de constitución más pequeña que la actual, y que la presencia femenina sea predominante.
Sánchez se mantiene en la Moncloa
Una nueva criba de Pedro Sánchez dentro del PSOE a la que se une la que, hace unos meses, llevó a cabo dentro de su propio equipo de Gobierno, cuando eliminaba del mapa ejecutivo a grandes aliados de su causa como Carmen Calvo o José Luis Ábalos.
Dos cribas, en menos de un año, que no solucionan, sin embargo, la crisis interna, no sólo del Gobierno de España, sino también del partido socialista, tanto de forma interna, como con sus votantes y afiliados; así pues, mientras la guerra con Unidas Podemos se mantiene en el Gobierno, así como en las redes sociales, el presidente socialista sigue observando en las encuestas una brutal caída de su popularidad entre los ciudadanos.
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Ciudadanos que han comenzado a desconfiar del presidente socialista, tanto por su gestión de la pandemia, como por sus continuos tratos y concesiones a los nacionalismos, las cuales también han provocado grietas dentro del propio partido socialista, siendo el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, uno de los hombres más fuertes del PSOE, el pricipal objetor de muchos de los proyectos del Ejecutivo de Sánchez, siendo el gran defensor de la línea socialista más tradicional, frente a los tejemanejes del 'sanchismo', que busca desesperadamente manteneer la Moncloa.