Después de la contundencia de la Fiscalía en sus conclusiones finales del juicio del Procés, el independentismo no tiene dudas de que se va a producir una sentencia ejemplar contra los presos que protagonizaron el intento de golpe de estado en España y entiende que la situación requiere un endurecimiento en sus posturas contra España, una vuelta más de tuerca que pasa por apelar directamente a una guerra civil. Se supone que como arma disuasoria para ablandar al gobierno de Pedro Sánchez más que como una opción real, absolutamente fuera de lugar.
Peligrosas referencias a una guerra civil
La "revolución de las sonrisas" no ha funcionado y empiezan a ser ya sospechosamente frecuentes las referencias a una peligrosa guerra civil como única salida válida para acabar con el desencuentro que existe entre esa minoría de la población catalana y España.
Hablan a la ligera, con absoluto desconocimiento de causa. La deriva separatista plantea un enfrentamiento armado sin valorar la desigualdad de fuerzas que existe entre un estado perfectamente organizado con un ejército propio y una corriente política sin más armas que el empuje de sus ciudadanos en minoría.
No es viable, se mire como se mire, pero el concepto de guerra civil empieza a aparecer con demasiada frecuencia como respuesta a lo que se entiende que va a ser un escarmiento ejemplar en el tribunal supremo hacia los presos juzgados para cortar de raíz el virus independentista.
"¡¡Nos han declarado la guerra!!"
Produce miedo y preocupación leer al filósofo Xavier Antich, hermano del director del medio independentista El Nacional, José Antich: "hoy nos han declarado la guerra. Son el estado español, que habla por sus 4 bocas con barrotes de jaula, flagelos de inquisición, hedor de mazmorras de los reyes católicos al franquismo + GAL, vallas con concertinas, balas de goma y porras. Éramos adversarios pero nos han convertido en enemigos. Hoy han declarado la guerra". Antich se refiere a los fiscales y sus conclusiones en el Tribunal Supremo.
Por su parte, el ex diputado de Solidaritat Catalana, Alfons López Tena, sostiene, refiriéndose a este asunto, que si los independentistas “hubieran ido en serio, habría habido una guerra civil”, y basa su teoría en que "una parte sustancial de la población está radicalmente en contra de la independencia”. Son las dos versiones de un conflicto que desemboca en guerra civil, algo que ahora sólo es una idea, dos palabras, pero que puede degenerar en hechos. Sólo falta que estalle la chispa que la desencadene, porque el separatismo ha ido demasiado lejos imponiendo su voluntad a la población mayoritaria.
"Si fuera president de la Generalitat no llevaría a mi país a una guerra civil"
López Tena sostiene que la indepedencia de Cataluña sólo puede llegar “de una forma rigurosa, clara, sin mentir y con apoyo internacional”. Y no se dan ninguno de estos supuestos. Por eso dice que “si fuera presidente de la Generalitat y viera que hay un porcentaje sustancial de la población catalana que está radicalmente en contra de la independencia y que, por lo tanto, va a atacar el nuevo Estado Catalán, yo no voy a llevar a mi país a la guerra civil. Dimito. Si hubieran ido en serio habría habido una guerra civil”. Y habla del independentismo como una “secta que solamente se dedica a repartir cargos y prebendas entre los suyos”.
López Tena afirma sobre el juicio, cuya sentencia será utilizada para calentar los ánimos, que “aquí la clave de todo, y que se olvida a menudo, no es lo que han hecho, no es lo que han dado la apariencia de que hacían sin hacer, sino el hecho de que el TC les había ordenado, previamente, no realizar determinadas actuaciones”.
Y lo más preocupante es que quienes han desafiado a la ley con sus locuras secesionistas son capaces de hablar de guerras fraticidas. Confirmado: ¡Son muy peligrosos!