Pablo Iglesias ha aprovechado la salida de Juan Carlos I, Rey Emérito, de España para atacar a la monarquía e insistir en que nuestro país debería ser una república. Su deseo de convertir a España en Venezuela o Cuba sigue latente, pero hay algo más que eso detrás de sus ataques a Felipe VI y a su antecesor: Unidas Podemos tiene muchos frentes abiertos que le interesa tapar.
Qué mejor cortina de humo que hablar de la presunta corrupción del que fuera Rey de España y disparar a diestro y siniestro contra la monarquía para tapar de este modo todos los trapos sucios que tiene que ir lavando su partido.
Lo de Pablo Iglesias no tiene parangón: ¡¡Pretende interrogar a Felipe VI en el Congreso!!
Unidas Podemos se enfrentará en los próximos meses a muchos asuntos que prometen derivar en escándalo, empezando por el caso Dina y el caso Calvente. Pablo Iglesias va a tener que dar muchas explicaciones sobre la famosa tarjeta SIM de su ex asesora, Dina Bousselham, podría incluso ser imputado. Y también tendrá que dar la cara sobre la supuesta caja B de la formación morada destapada por el ex abogado del partido.
Dos platos fuertes para comenzar el nuevo curso político en septiembre. Sin duda, Iglesias va a necesitar mucho más humo en su cortina si quiere seguir engañando al personal.
Más frentes abiertos para Podemos
Pero eso no es todo. Recientemente, un informe hablaba sobre la presunta financiación irregular del partido que gobierna en coalición junto al PSOE. Iglesias y compañía se habrían saltado la Ley de Financiación de Partidos Políticos realizando contrataciones no ajustadas a la ley, con gastos de seguridad inflados e incorrectos para cubrir en realidad el coste de trabajadores de la sede y gastos electorales irregulares.
Este es el informe oficial que demuestra la financiación irregular de Unidas Podemos
Por otro lado, se avecina una segunda ola de coronavirus. Los rebrotes no cesan y el Gobierno va a tener que dar muchas explicaciones. Sobre todo si tenemos en cuenta que sigue pendiente la depuración de responsabilidades por las muertes en las residencias de ancianos, entre otras cosas.
Ese 'marrón' se lo tendrá que comer Iglesias junto a sus socios en el Gobierno, socios que siguen ninguneando al Coletas y compañía dentro del Ejecutivo, borrando a Podemos de los asuntos de principal interés y relegando a sus ministros a asuntos menos trascendentales. Lo que ha desatado malestar entre los dos partidos en los últimos tiempos. La diferencia de opiniones respecto a la monarquía es el mejor ejemplo.
Finalmente, tampoco han finalizado las numerosas guerras internas en el seno del partido. No hay una unión en torno al liderazgo de Pablo Iglesias, que ha perdido la confianza de muchos de los que le seguían a medida que ha ido colándose en lo que él mismo hacía llamar 'casta' en el pasado.
En definitiva, muchos frentes abiertos para Podemos, que necesita algo a lo que agarrarse para que no se hable de sus líos, de sus chanchullos, de sus errores, de sus fracasos y de sus cloacas.