Niños asesinos que cambiaron el alma dulce por el horror más grande

En ocasiones el alma dulce de la infancia se desvanece en algún lugar de la mente humana, para dar paso al horror más grande y doloroso que podamos imaginar

29 de Septiembre de 2022
Niños asesinos que cambiaron el alma dulce por el horror más grande
Niños asesinos que cambiaron el alma dulce por el horror más grande

Mary Bell

En 1968 en Inglaterra, esta niña de 11 años mató a dos pequeños de tres y cuatro años. Estranguló a uno de ellos en una casa abandonada. Dos meses después, con ayuda de una amiga, estranguló al otro infante. Sin embargo y a pesar de su crimen, nunca fue detenida ni puesta a disposición de las autoridades, pues fue diagnosticada con una enfermedad mental. Hasta la fecha, Mary Bell sigue con libertad.

John Venables y Robert Thompson

En 1993 James Bulger, un pequeño de tres años de edad se encontraba esperando afuera de una carnicería, a que su madre terminara de hacer las compras. De repente, el niño fue tomado por estos dos jóvenes quienes lo llevaron a una casa cerca del ferrocarril. Ahí ambos abusaron de él para después, amarrar su cuerpo a una de las vías del tren. James fue atropellado y encontrado muerto dos días después.

A pesar de que más de 40 personas reconocieron los rostros de los criminales, estos lo negaron todo diciendo que el niño era su hermano menor.

Joshua Phillips

El caso de este adolescente que mató a su vecina Maddy Cliffton de ocho años, fue muy controversial en Estados Unidos.

Todo ocurrió cuando Joshua y Maddy se encontraban en un campo jugando béisbol, el joven golpeó a la chica en la cabeza con la pelota y como ésta no dejaba de llorar, le pegó con más fuerza en la cabeza. Al darse cuenta que estaba muerta, escondió el cuerpo debajo de su cama, la madre del chico lo encontró una semana después debido al olor que desprendía.

Carlos Salinas de Gortari

Este hecho ocurrió cuando Carlos y su hermano eran jóvenes y mataron a una de sus sirvientas con un rifle calibre 22. La empleada doméstica era tan solo una niña de 11 años que laboraba en su casa. Cuando llegó la otra empleada, ambos muchachitos solo le dijeron “ya matamos a Manuela”. El periódico Excelsior entrevistó a los jóvenes el mismo día del incidente, ambos estaban muy tranquilos. Cuando les preguntaron quién había disparado, Carlos de cuatro años dijo: “yo la maté, soy un héroe”. Los niños jugaban al fusilamiento en la casa, tomaron el rifle de su padre y mataron a Manuela. Nunca nadie pagó por la muerte de esa niña.

El pie de foto de la publicación del 18 de diciembre de 1951 dice así: ESTAS TRES CRIATURAS “fusilaron” ayer a su sirvienta Manuela, de 12 años, cuando jugaban “a la guerra”. Son ellos Carlos y Raúl Salinas y Gustavo Rodolfo Zapata. Carlos tiene 4 años, Raúl 5 y Gustavo 8. Fueron detenidos por la policía y demostraron no comprender lo que habían hecho. El suceso ocurrió ayer al mediodía, en Palenque 425, de la colonia Narvarte.

Al parecer ese hecho quedó en el pasado y poco se habló del tema, menos cuando juramentó como presidente de México en diciembre de 1988.

Graham Young

Este joven era un genio de la ciencia, a los 14 años ya era reconocido en todo su país. Sin embargo, usó toda su inteligencia de mala manera, pues cierto día, cuando no tenía nada más que hacer, envenenó a su padre, madre, hermana y abuela.

Cuando fue a prisión, este cerebrito se las arregló para envenenar a los guardias que cuidaban su celda y a varios compañeros más.

Barry Dale Loukaitis

Con tan solo 14 años, este jovencito fue el causante de un tiroteo en Frontier Middle School que acabó con la vida de dos estudiantes y un profesor, dejando heridos y en estado crítico de salud a varios compañeros más.

Según expertos, al parecer el chico experimentó delirios mesiánicos antes de disparar. Estaba vestido como un pistolero del lejano oeste armado con un rifle de calibre 30-30, además de portar una pistola de calibre .357 y  otra de calibre 25 que pertenecían a su padre.

Los estudiantes del colegio fueron retenidos y amenazados con otro tiroteo durante 10 minutos hasta que un ayudante de gimnasio enganchó al chico y lo redujo.

Actualmente, Barry se enfrenta a una condena de dos cadenas perpetuas, además de 205 años adicionales de prisión.