Nicolò Barella y Militao se vieron las caras en los vestuarios tras su incidente en el campo

El centrocampista italiano, mucho más calmado tras el pitido final, se acercó al vestuario del Real Madrid para pedirle disculpas a Eder Militao

08 de Diciembre de 2021
Nicolò Barella y Militao se vieron las caras en los vestuarios tras su incidente en el campo
Nicolò Barella y Militao se vieron las caras en los vestuarios tras su incidente en el campo

Eder Militao y Nicolò Barella protagonizaron este martes el momento más tenso del partido entre el Real Madrid y el Inter, al enzarzarse en una disputa que pudo terminar muy mal. El brasileño y el italiano se encararon después de que Barella agrediera al futbolista del Real Madrid sin venir a cuento. Posteriormente, el centrocampista del Inter acudió al vestuario merengue a disculparse.

Lo que pasa en el campo, se queda en el campo. Es la máxima que tienen muchos futbolistas, la mayoría, y es lo que ha sucedido con Militao y Barella, que tras el incidente que protagonizaron en el Santiago Bernabéu quedaron tan amigos tras el pitido final. Los dos jugadores se las tuvieron 'tiesas' después de una falta de Militao sobre el jugador del Inter, que salió despedido contra las vallas publicitarias.

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La acción fue involuntaria, pero Barella se enfadó mucho y dio un puñetazo en la pierna a Militao. Este, en lugar de dejarse caer o hacer teatro, se revolvió y se encaró con su oponente. Rápidamente aparecieron los compañeros de ambos para intentar poner paz en la mayor parte de los casos, aunque alguno parecía buscar más bronca como fue el caso de Arturo Vidal. Sea como sea, el árbitro decidió resolver el entuerto con la expulsión de Barella y la amarilla para el jugador merengue.

Al final de los 90 minutos, y tras la victoria del Real Madrid frente a los italianos, ambos futbolistas se reencontraron en los vestuarios y pasó lo que tenía que pasar: que Barella se disculpó, comportándose como un señor y asumiendo su culpa.

Barella pidió perdón a Militao y el brasileño aceptó las disculpas

Nicolò Barella sabía que se había equivocado, y después de pedir perdón a sus compañeros en el vestuario por haber dejado a su equipo en inferioridad numérica se dirigió al vestuario del Madrid. Allí, pidió que Militao saliera y ambos se saludaron y limaron asperezas. El italiano se disculpó y el brasileño aceptó su perdón, garantizando a su compañero de profesión que el choque que habían tenido previo a su enganchón no fue voluntario. Todo olvidado.

La tensión del partido, la impotencia de Barella al ver que no podían con el Real Madrid y el golpe contra la valla originaron el enfado del centrocampista italiano, que con las pulsaciones en calma se dio cuenta de que se le habían cruzado los cables. No quiso marcharse del Santiago Bernabéu sin hablar con Militao y zanjar el asunto de forma civilizada.

El gesto de Barella ha gustado mucho en el Real Madrid, donde el centrocampista italiano está muy bien valorado. De hecho, el jugador internacional con Italia es uno de los jugadores que Ancelotti valoraría incorporar al centro del campo merengue pensando en un hipotético y cada vez más cercano futuro sin Luka Modric.

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Con su comportamiento y su expulsión perdió muchos enteros a ojos del club blanco, pero su reacción posterior tras el partido gustó mucho tanto en el vestuario del Madrid como en la cúpula merengue. Demostró carácter, personalidad y humildad. No todos los jugadores que se equivocan son capaces de reconocer su error tan rápido como lo hizo el del Inter.