Morderse las uñas dejará de ser una obsesión gracias a estos 7 pequeños trucos

Una de las manías más recurrentes se puede acabar siguiendo estos sencillos pasos

28 de Marzo de 2022
Morderse las uñas dejará de ser una obsesión gracias a estos 7 pequeños trucos
Morderse las uñas dejará de ser una obsesión gracias a estos 7 pequeños trucos

El estrés es una constante en nuestras vidas diarias. La presión del trabajo, la universidad o la escuela son una de las muchas causas que llevan a gran parte de la población española a un estado de alta tensión, irritabilidad o malestar general cuando el día está cerca de acabarse. Además, la aparición de condicionantes externos, como la pandemia por COVID-19, ha acentuado el estresante entorno al que los españoles están sometidos todos los días. Y en estas situaciones límite, uno de los alivios más comunes es morderse las uñas. Aunque pueda parecer una práctica inocente y despistada, su práctica puede acarrear serios problemas de salud. Por eso, te ofrecemos siete consejos con los que puedes dejar de morderte las uñas para evitar algún que otro disgusto en estos días tan estresantes.

Uñas cortas y limpias

Uno de los principales atractivos para las personas que se muerden las uñas es mirarlas y comprobar que su longitud es óptima para moderlas, por lo que se adentran en dicha tarea hasta que apenas tienen donde morder. Así, uno de los hábitos más socorridos a la hora de superar las ganas de morderse las uñas es tenerlas cortas y, por supuesto, limpias. De esta forma no se producen roces desagradables con ninguna otra persona a la hora de dar la mano, por ejemplo, no se causa una mala impresión estética respecto del resto de personas y se aplaca la necesidad de morderse las uñas: de donde no hay, no se puede sacar.

Visitas profesionales

Otro de los recursos más socorridos a la hora de evitar morderse las uñas es acudir a un profesional de la estética, que pueda controlar y tratar el problema con las uñas para reducir las ganas de morderlas. Una visita a un salón para arreglar y perfeccionar el corte de las uñas de las manos, con el desembolso de dinero que este gesto conlleva, es una razón de peso y muy importante como para evitar morderse las uñas. Además, la apretada situación económica por la que están pasando miles y miles de familias españolas debería servir como otro argumento para que, sumado al desarrollado aquí, las ganas de morderse las uñas se evaporaran.

Hacer que pique

Salido del libro de los remedios caseros y antiguos, una alternativa para solucionar el problema de morderse las uñas es aplicarle a esta superficie del cuerpo sabores fuertes o desagrables que provoquen rechazo en las papilas gustativas y así los mecanismos cerebrales asocien el gesto de morderse las uñas con una respuesta negativa, condenando este acto para siempre y eliminándolo de su lista de costumbres. Algunos de los elementos culinarios más empleados por las personas que eligen aplicar este truco son la guindilla en diferentes intensidades de picor o la aplicación de alimentos que impregnen las uñas de sabores amargos para alejarlas de nuestra boca para siempre.

Meditación y ejercicio para combatir el estrés

Una de las causas principales por las que las personas se muerden las uñas es la acumulación de estrés o sentimientos negativos que necesitan dejar escapar de alguna forma. Por tanto, uno de los sustitutos de morderse las uñas es la meditación o la práctica de algún deporte que permita descargar todo el estrés y las preocupaciones que generan el ritmo diario de la vida en las personas. Con las técnicas de relajación adecuadas o con un deporte que entretenga y del que se disfrute, morderse las uñas será cosa del pasado. En resumen, la realización y programación de actividad física de forma constante es un antídoto perfecto para evitar morderse las uñas.

Llevar la cuenta

Aunque pueda parecer una técnica peregrina, resulta más que efectiva. Llevar la cuenta de las veces que una persona se muerde las uñas a lo largo del día puede actuar como un punto de inflexión y cambio para que ese comportamiento se revierta y deje de suceder gracias a una pequeña terapia de shock. Si una persona es verdaderamente consciente del elevado número de veces que se lleva las uñas a la boca para moderlas, quizá le despierte en su interior una sensación diferente y decida aparcar sus antiguas costumbres definitivamente.

Tapar las zonas afectadas 

Otro de los métodos que más eficacia suele tener es el bloqueo visual de las uñas mediante el uso de guantes, pegatinas o pequeños artilugios que impidan que una persona pueda morderse las uñas saltándose ese pequeño bloqueo. Eso sí, es necesario recordar que los guantes u otros artilugios que se empleen para impedir morderse las uñas no deben ser especialmente aparatosos para que no compliquen el ritmo diario de la vida y permitan a la persona que lo lleva puesto desarrollar sus rutinas con total normalidad. Aunque no sea el método más estético, quizá pueda ser el más efectivo para detener una costumbre poco recomendable e insalubre. 

Cuidado constante 

Las manos son una de las zonas que más en contacto están con el exterior, y uno de los principales focos de infecciones y bacterias que se puedan encontrar en los objetos que se tocan con las manos. Morderse las uñas de las manos es una invitación a estos agentes externos a que entren a nuestro organismo. Además de no morderse las uñas, la fijación de una milimetrada rutina de cuidado de las uñas de las manos podría librar de ese vicio a quienes tienen ganas de mordérselas. Si fuera necesario, la ayuda profesional podría servir para establecer una hoja de ruta a través de la que se elimine la costumbre de mordrese las uñas y se cierren las puertas a agentes extraños y nocivos para la salud.