Messi ya no quiere irse del Barça... y tiene todos los números para quedarse

Desaparecido Bartomeu, empieza a disfrutar con Koeman, ve proyecto con Ansu Fati, Pedri, Ilaix y Araujo y le han dicho que su amigo el Kun Agüero está al caer.

Messi ya no quiere irse del Barça... y tiene todos los números para quedarse
Messi ya no quiere irse del Barça... y tiene todos los números para quedarse

Mucho han cambiado las cosas desde que en agosto Leo Messi envió un burofax al entonces presidente Josep Maria Bartomeu informando sobre su deseo de abandonar el Barça de forma inmediata.

Bartomeu se negó, acogiéndose al redactado de su contrato, y Messi acabó aceptando a regañadientes seguir un año más para irse este próximo verano con la carta de libertad. No quería pleitos con el club que se lo había dado todo.

Muchos cambios desde el burofax

Sin embargo, desde entonces han pasado muchas cosas. Aquel Messi desengañado por la marcha de su amigo Luis Suárez y por el debilitamiento de la plantilla con las salidas de Rakitic y Arturo Vidal, ha vivido una temporada triste con juego mediocre y resultados pobres.

Pero Koeman, poco a poco, ha ido cambiando la fisonomía de este equipo y ha llegado a convencer al propio Messi de que su proyecto tiene futuro. Por otra parte, sus contactos con el PSG y Manchester City no han sido todo lo fructíferos que él hubiera deseado. El PSG lo tiene como plan B por si finalmente se va Mbappé. Y eso no le ha gustado nada. Y el City de Guardiola se ha echado para atrás en vista del rendimiento que ha mostrado este año y le ofrece mucho menos de lo que estaba dispuesto a pagarle hace un año. "También tendrás un año más", le han dicho.

Decepcionado con PSG y City

Messi no ha encontrado la pasión que esperaba entre sus pretendientes. De hecho su salida más clara era la del Fútbol USA. Pero él está convencido de que todavía tiene un recorrido de dos o tres años al máximo nivel en el fútbol europeo.

Y ahora mismo Messi está más cerca que nunca de seguir en el Barça. Lo aseguraron en el programa El Chiringuito, aunque hace apenas unos días el mismo programa también informó de que la estrella argentina estaba buscando casa en París.

Pero lo cierto es que parece tener más base la versión que sitúa a Messi en el Barça la próxima temporada. La desaparición de Bartomeu allana el camino. Pero hay más. Messi ha conectado con Ronald Koeman más que con ningún otro de los entrenadores que han pasado por el club. Incluído Guardiola. Y la prueba es cómo se encaró en el túnel de vestuarios del Camp Nou el miércoles con Monchi por faltarle el respeto a su entrenador.

Un proyecto con futuro

Y aún hay más. La victoria ante el Sevilla le ha sacado del estado de letargo que mantenía durante toda la temporada. Y el hecho de remontar un 2-0 sin participar él en uno solo de los tres goles anotados por el equipo refuerza su idea de que este nuevo proyecto, repleto de juventud, tiene futuro con él dentro del equipo. Está convencido de que Ansu Fati, Pedri e Ilaix pueden crecer muchísimo a su lado.

La manera como celebró el gol de Piqué que abría el camino de la prórroga constata, además, el grado de compromiso que Messi tiene con el club de toda su vida.

Y, finalmente, está la información que le ha llegado de que las conversaciones con el Kun Agüero para fichar por el FC Barcelona con la carta de libertad están muy avanzadas. Cualquiera que sea el presidente elegido el domingo recibirá con los brazos abiertos a un fichaje que es muy de su agrado.

El problema es pagarle la millonada que cobra

A Messi se le ve ahora feliz. El problema es cómo se las apañará el nuevo presidente para mantenerle a Messi un contrato parecido al actual, con 34 años y con una merma evidente en su rendimiento. Por otro lado, habrá que cuadrar la masa salarial, y si Messi se queda habrá que seguir vendiendo (o regalando) a otras estrellas para poder seguir pagando a Messi dentro de los cauces que marca la UEFA y la LFP. Y el suyo no es un contrato cualquiera: 138 millones anuales.

A favor del nuevo presidente estará la predisposición de Messi a aceptar una rebaja en su salario. Con dos mil millones de euros ingresados a lo largo de su carrera, ya no le va de 50 millones más o menos.