Gabriel Rufián se ha rebelado contra la exaltación al odio promovida por Meritxell Budó, portavoz del Govern de Torra, y Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio catalana. La primera acusó a España de los muertos en Cataluña por la pandemia. El segundo ha dicho que "España es paro y muerte. Catalunya vida y futuro". ("España es paro y muerte. Catalunya, vida y futuro". El bellaco Canadell descubre la miseria separatista)
El portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, ha criticado este jueves las "nefastas" palabras de la portavoz del Gobierno catalán, que aseguró que si Cataluña hubiera sido independiente, "no habría habido ni tantos muertos ni tantos infectados" porque habrían iniciado antes el confinamiento.
En concreto, Budó ha aseguró que la Generalitat, de haber estado al frente de la crisis en Cataluña, habría decretado el confinamiento 15 días antes. (¡¡Puro odio a España!! La mentira más asquerosa de la vocera de Torra)
"Probablemente no tendríamos ni tantos muertos ni tantos infectados, y probablemente se habría podido controlar mejor esta pandemia", ha señalado la dirigente catalana. "Probablemente", claro está. Pero lo suelta como si tal cosa. Como si fuera una evidencia.
Rufián riñe a la portavoz del Govern de Torra
Y Rufián ha contestado. En una entrevista en 'Los desayunos de TVE' ha aseverado que no comparte sus declaraciones. "Son declaraciones nefastas. No me escucharán decir nunca nada así", ha añadido el político catalán.
Las palabras de Budó también fueron duramente criticadas por la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, que recordó que la pandemia del coronavirus es "global" y no entiende "de fronteras ni de ideologías".
Sin embargó, la portavoz de Junts per Catalunya, Laura Borràs, respaldó este miércoles desde la tribuna de la Cámara Baja las declaraciones de Budó. "Hay motivos fundamentados para creer que teniendo un Estado independiente la respuesta hubiera sido más ágil y las acciones más eficaces", esgrimió.
No se ponen de acuerdo entre ellos. Y es curiosamente el partido republicano y de izquierdas, ERC, el que más cerca está de llegar a acuerdos con España. Nada que ver con la antigua Convergencia tradicionalmente pactista cuyos restos han recogido Puigdemont y Torra. Estos no pactan ni con el diablo.