Los equipos científicos de todo el mundo trabajan sin descanso para desarrollar una vacuna contra el coronavirus. Mientras la consiguen, Pekín quiere promover el uso de la medicina china tradicional (TCM) como tratamiento.
Un documento publicado recientemente por el gobierno chino asegura que el 92% de los casos de covid-19 en el país habían sido atendidos con este tipo de medicina.
La medicina tradicional china es una de las prácticas más antiguas del mundo e incluye numerosos tratamientos, desde brebajes con hierbas hasta la acupuntura y el Tai Chi.
La Comisión Nacional de Salud de China tiene un capítulo sobre esta medicina en sus recomendaciones para el tratamiento del coronavirus.
Los dos remedios tradicionales más destacados como tratamiento para el covid-19 son Lianhua Qingwen (que contiene 13 hierbas como la Forsythia suspensa y la Rhodiola rosea) y Jinhua Qinggan, que fue desarrollado durante el brote de H1N1 en 2009 y que está hecho con 12 componentes que incluyen menta, regaliz y madreselva.
Falta de estudios científicos
Los defensores de la TCM afirman que su uso no tiene consecuencias negativas, pero los expertos aseguran que hay que realizar exámenes científicos rigurosos antes de considerarla segura.
El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos ha explicado que la TCM podría ayudar a aliviar los síntomas, pero su eficacia general en contra del coronavirus no está probada.
Edzard Ernst, un investigador retirado de medicinas alternativas, ha afirmado a la revista Nature: "No hay buena evidencia sobre la TCM y, por tanto, su uso no solamente no está justificado sino que además es peligroso"
A pesar de ello, la TCM sigue aumentado en China y está teniendo lugar un crecimiento de la demanda en el mercado internacional.