El paso de Rocío Flores por la isla nos ha dejado auténticos momentazos para la historia de la televisión.
La joven no ha destacado por ser una gran supervivientes sino por todo lo que un personaje como ella ha aportado al reality. (“Has dado por saco hasta el último momento”. Así ha despedido Rocío a Elena)
Se ha despojado de sus complejos y ha reconocido que le gustaría reconciliarse y retomar la relación con su madre, Rocío Carrasco.
Por lo que a sus complejos se refiere, la falta de comida ha hecho mucho y es que en estos tres meses la imagen de la joven ha cambiado por completo.
El cambio de Rocío
Lo cierto es que Rocío entró a Supervivientes con unos kilos de más que ha ido dejando en los Cayos semana tras semana.
La hija de Antonio David y Rocío Carrasco se siente mejor que nunca y no ha dudado en hablar de su cuerpo en público.
Si hace unos días les confesaba a Ana María y a Barranco que una de las primeras cosas que haría en cuanto llegara a España sería operarse los pechos "sí o sí", también ha confesado haber sentido un gran cambio físico.
Rocío percibe que la pérdida de kilos durante su paso por Supervivientes es más que evidente. De hecho, ha llegado a confesar que se ve "las piernas más delgadas".
Su transformación es de las más llamativas junto a la de José Antonio Avilés. "Noto cambios físicos aunque no tenga un espejo. A la hora de vestir noto que he bajado bastante", le comentaba a Hugo.
Seguro que ni ella misma podrá creerlo cuando se vea al espejo y es que su notable cambio ha hecho que Rocío sea otra persona. De hecho, también ha destacado que le ha cambiado el color de pelo. (La confesión de Rocío a Jorge Javier: “¡¡Esta angustia me ha perseguido en Supervivientes!!")
"Estoy más rubia", comenta con sus compañeros y lo cierto es que está a nada de conseguir el mismo tono de pelo que tenía cuando era pequeña.
¿Qué dirá cuando vuelva a ponerse frente al espejo después de tres meses de concurso?. En poco tiempo, lo sabremos.
