Al descanso, Kylian Mbappé acaparaba todos los focos del encuentro entre el Real Madrid y el PSG en el Santiago Bernabéu, señalado como la figura de la eliminatoria tras haber marcado el 0-1 momentáneo. El voraz delantero fue la mayor, casi única arma del PSG para hacer daño al Madrid y cerca estuvo de cerrar el partido.
Mbappé se presentó al Santiago Bernabéu con la intención de dejar clara a la afición merengue que es una estrella mundial de la talla de los galácticos que han pasado por ese mismo césped. La grada de recibió con una ovación antes del partido pero a partir del pitido inicial se convirtió en el principal dolor de cabeza de los madridistas. Una jaqueca extremadamente molesta para todos menos para Florentino Pérez, que se frota las manos pensando en que el francés se vestirá de blanco en unos pocos meses.
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Partidazo estelar
El PSG volvió a encomendarse a Mbappé para el partido de vuelta en el Bernabéu. El delantero había llegado algo tocado después de su percance en el entrenamiento antes de viajar a Madrid, pero no se vio rastro de molestias, sobre todo en la primera parte.
Carvajal volvió a llevarse un repaso del voraz delantero francés, decidido a hacer del Bernabéu su patio de recreo antes incluso de fichar por el Real Madrid. Tras volver loco al equipo de Ancelotti en la ida en París, Mbappé volvía a elevarse como la figura de la eliminatoria con una exhibición que puso contra las cuerdas al Madrid, pero que no fue suficiente para derribar la leyenda del club más grande del mundo.
El PSG duró entero lo que le permitió la superioridad de su estrella. Pero desde el primer gol de Benzema a la hora de juego, quedó eclipsado por la exhibición de su compatriota que sacudió al PSG con un hat trick para redondear otra noche mágica en el Bernabéu. Más mágica aún por la actuación de Mbappé.
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A lo Nazario
Además de su gol, en una carrera de velocista olímpico y con una definición de crack mundial, Mbappé dejó varios detalles de su inmensa calidad en la hora de juego en la que su equipo se mostró más dominante. El VAR le anuló dos goles que podrían haber sentenciado la eliminatoria, y en uno de ellos dejó encandilado a Florentino Pérez.
Tras el descanso, con 0-1 en el marcador, Mbappé dejó sentado a Courtois con una filigrana que firmaría el mismísimo Ronaldo Nazario, sin tocar siquiera el balón. El delantero estaba en fuera de juego claro, pero el presidente blanco tomó buena nota de la maravilla del próximo galáctico que traerá al Bernabéu.