El FC Barcelona ha vestido la remodelación y ampliación del Camp Nou con un añadido llamado Espai Barça con el que se pretende contentar a los vecinos de la zona en base a una urbanización del entorno del estadio barcelonista. Pero los vecinos no tragan y están dispuestos a tumbar el proyecto de Bartomeu.
Un pelotazo urbanístico
Hasta siete asociaciones vecinales del barrio de Les Corts, en donde se haya situado el Camp Nou, han mostrado su rechazo en forma de alegaciones a los planes del presidente Josep Maria Bartomeu para remodelar el Camp Nou y la zona adyacente. De hecho, la modificación del Plan Metropolitano del Espai Barça ya fue rechazada con una enmienda a la totalidad por los vecinos, que vieron en los planes faraónicos de Bartomeu un auténtico pelotazo urbanístico que atentaba contra sus intereses.
La reforma del Camp Nou que debía acometerse a partir de este verano, puede sufrir un parón en su calendario si prosperan las protestas vecinales, contrarias a la modificación de calles y avenidas de la zona en un reordinamiento urbanístico en el que el club azulgrana invertirá 34 millones para contentar las exigencias municipales.
Los vecinos sostienen que el nuevo proyecto se ha hecho sin consultar a las asociaciones y que no comporta ningún beneficio para los barrios, según informa La Vanguardia, de ahí que la Associació de Veïns de Les Corts, la de la Avinguda Xile, la del Camp Nou, el Racó de Les Corts, Sant Ramon Nonat, Zona Universitària y el Banc Solidari han presentado alegaciones conjuntas contra este plan.
Dos años de retraso sobre el calendario anunciado
Desde el ayuntamiento se ha informado que “Barcelona gana unos terrenos que son propiedad del Barça para uso ciudadano”, pero la explicación no ha satisfecho las demandas de las asociaciones vecinales, que sufren los colapsos circulatorios en cada partido que el FC Barcelona disputa en su estadio.
Los vecinos están en contra de las nuevas zonas verdes que consideran “residuales”, ya que “en muchos casos son aceras ya existentes o transformación de viales”. Y están en contra del permiso concedido al Barcelona para obtener un derecho a recalificar un espacio deportivo a zona terciaria de hoteles y oficinas.
Las obras comenzarán con dos años de retraso. El último cálculo hablaba del verano de 2019, que ya está a la vuelta de la esquina. El retraso se debió especialmente al curso que siguió el trámite burocrático de contar con todos los permisos del Ayuntamiento de Barcelona, que finalmente dio luz verde a todo el proyecto el pasado mes de abril.
Ahora un nuevo problema, de difícil solución, los vecinos, amenaza con demorar nuevamente el inicio de las obras del denominado Espai Barça, un proyecto que ya quisieron poner en marcha Josep Lluis Núéz y luego Joan Laporta y que siempre encontró la oposición vecinal.