Marcela Topor, la esposa del cobarde Puigdemont, invita a los catalanes a morir por la causa

Topor hace un simil con el independentismo irlandés de 1916: "Preferían morir bajo el cielo de su país que vivir bajo el yugo del rey vecino".

Marcela Topor, la esposa del cobarde Puigdemont, invita a los catalanes a morir por la causa
Marcela Topor, la esposa del cobarde Puigdemont, invita a los catalanes a morir por la causa

Marcela Topor, la esposa de Carles Puigdemont, que cobra 6.000 euros al mes de la Diputación de Barcelona por un programilla en la Xarxa Audiovisual Local (XAL), está siendo noticia en las últimas horas por distribuir en las redes sociales la traducción de un vídeo con la canción irlandesa The Foggy Dew, un homenaje a los jóvenes que murieron por la independencia irlandesa en 1916.

Hubo muertos, pero la cosa "acabó bien" porque tres años más tarde Irlanda logró la independencia. Por tanto, si hay que morir, se muere. Es el precio de conseguir que los "espabilados", como su marido, logren su objetivo y consigan el poder para dar rienda suelta a sus anhelos de república bananera en contra de la mayoría de la voluntad población catalana.

Topor ha escrito en las redes sociales: "Tengo ganas de compartir con vosotros esta canción, para mí es muy inspiradora", como texto acompañando al vídeo titulado La boira del matí (la niebla de la mañana). (El masaje de TV3 a Puigdemont: “El Rey dio un golpe de Estado")

La comparación de España con Bielorrusia

E incorpora la versión catalana de la canción, que corre a cuenta del grupo El Fil d´Ariadna. En la canción se habla de unos jóvenes sin miedo que, "después de siglos de engaños y de ruegos mal escuchados, la venganza les quemaba en las manos, honrando las voces de sus antepasados que clamaban: justicia y libertad", en lo que pretende ser una analogía de lo que sucede actualmente en Cataluña.

Luego añade que "en defensa del honor y de la patria de su corazón, con coraje, encaraban al enemigo" y que "transcurridos días de combates, orgullosos izaron la bandera de su pueblo maltratado. Preferían morir bajo el cielo de su país que vivir bajo el yugo del rey vecino". (El chiflado Puigdemont, de salir de España en un maletero a reclamar a Europa la 'detención' de Juan Carlos I)

La conclusión es que "al caer el último valiente un grito sordo cruzó el cielo, las campanas resonaron contra el viento en recuerdo del triste destino de todos los que murieron en la lucha de aquellos seis días de abril. Observados por todo el mundo, aquellos mártires del honor engendraban de una causa la semilla. La llama de la libertad que para siempre jamás nos guiará".

Y aprovecha para hacerle el coro a su marido zurrando a David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo, por diferenciar lo que sucede en Bielorrusia y en España reclamando que se acabe la violencia en Bielorrusia y que se liberen a los detenidos por las protestas. Marcela Topor echa de menos que Sassoli diga lo mismo de los presos catalanes.