El Tribunal Supremo condenó a los presos independentistas por los delitos de sedición y malversación hace casi dos meses y la Fiscalía no pierde de vista los movimientos que se producen a su alrededor.
El Ministerio Público alerta del riesgo de que los golpistas encarcelados se beneficien de una progresión automática al tercer grado penitenciario, un régimen de vida en semilibertad. (Así compra Torra al Conde de Godó y La Vanguardia)
Según ha informado El Confidencial, fuentes fiscales han asegurado que recurrirán cualquier tipo de abuso del reglamento dirigido a facilitar permisos anticipados a los penados.
La ley establece un periodo para clasificar en un grado determinado a los presos tras una sentencia firme y los independentistas están a punto de superar dicho plazo.
Lo habitual, según han explicado expertos en la materia, es que se les clasifique en segundo grado pero podrían beneficiarse del tercer grado si cumplen una serie de requisitos. El tercer grado les permitiría salir de prisión los fines de semana y de lunes a viernes para trabajar.
La encargada de proponer esta clasificación es la Junta de Tratamiento Penitenciario. Realiza una propuesta que resuelve la división de Serveis Penitenciaries, dependiente de la Conselleria de Justicia de la Generalitat que dirige Quim Torra. (Torra ya es un cadáver político)
Los requisitos para el tercer grado
Los presos que pueden aspirar a ese tercer grado automático son aquellos que no tienen antecedentes y ese es su primer delito, que cuentan con un bajo riesgo de reincidencia y que cuentan con un entorno familiar estable.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, quiere utilizar esta fórmula para sacar a los golpistas de Lledoners y consagrarse como el 'héroe' del independentismo catalán.