Goles, penaltis, expulsiones, emoción... Todos estos ingredientes tuvo la final de la Supercopa de España, en la que el Real Madrid logró imponerse por 0-2 al Athletic Club de Bilbao en un encuentro que controló de principio a fin y en el que los hombres de Carlo Ancelotti estuvieron mucho más cómodos que en los dos anteriores enfrentamientos ligueros ante los leones. Modric y Benzema hicieron los goles en una noche feliz para el madridismo en la que el centrocampista croata fue el mejor.
Al final de los noventa minutos, Florentino Pérez atendía a los micrófonos de Movistar y explicaba que Luka está para ganar otro Balón de Oro. No es ninguna locura. A este nivel, y si el Madrid es capaz de conseguir títulos importantes esta temporada, estamos hablando de que el croata puede repetir la hazaña de hace tres años y volver a ser él quien rompa la hegemonía de Cristiano y Messi desde 2008.
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Su gol abrió la lata del partido, pero no es eso. Lo que aporta Luka es mucho más que un gol, una asistencia, un regate o un control. Es todo a la vez. Estamos hablando de un futbolista superlativo, de un centrocampista total que es ya una leyenda del madridismo y que se ha ganado el respeto y la admiración de todo el planeta fútbol. Hay que ponerle un monumento en el Santiago Bernabéu. Seguro que Florentino Pérez está de acuerdo.
Además de Luka, que fue el MVP de la final, en el Madrid brilló Rodrygo, que aprovechó que el Athletic estaba centrado en frenar a Vinicius para abrir brecha por la banda derecha. Suya fue la asistencia del 0-1, que Luka envió a la red con un disparo desde la frontal del área, pegado al palo. Las internadas del brasileño por su carril fueron un tormento para los vascos, que solo generaron sensación de peligro cuando el Madrid le cedió el control para atrincherarse tras el 0-2.
Dos penaltis y una expulsión en la segunda mitad
Ese segundo gol llegó de las botas de Karim Benzema, quien no falló desde los once metros tras un claro penalti por mano de Yeray, que impactó con la pelota tras un disparo del propio delantero francés. El tanto dio al Madrid la tranquilidad necesaria para echarse atrás y esperar un contragolpe que nunca llegó. Pero el trabajo ya estaba hecho y el Athletic no fue capaz de recortar diferencias.
Ni siquiera lo hizo cuando el colegiado Soto Grado señaló otra mano en el área del Madrid, esta vez de Militao, tras un remate de Raúl García. No solo indicó los once metros, sino que además expulsó al central madridista al entender que con esa mano había cortado una ocasión manifiesta de gol. Courtois no quiso pasar nervios en los minutos finales y detuvo la pena máxima para que el Madrid tuviera una noche redonda.
Con esta victoria, el equipo blanco consigue el primer título de la temporada y demuestra que está con hambre de lograr todos los títulos posibles esta temporada. Ya lo ha dicho Florentino, desde pequeñito le enseñaron que en el Madrid hay que ganarlo todo. A por ese objetivo va el Madrid, y seguramente algo le ha dicho al respecto Ancelotti al presidente cuando le ha cuchicheado confidencias al oído antes de que Marcelo levantara el trofeo.
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El Madrid campeón en una noche redonda que ya forma parte de la historia merengue. No es el título de más importancia, pero tiene un sabor muy dulce para ir abriendo boca este año en el que todo está saliendo a la perfección hasta la fecha.