La situación que está viviendo España desde hace aproximadamente un mes, cuando se declaró una guerra entre Rusia y Ucrania, comienza a ser ya insostenible. Un marco de guerra que, sumado a una irresuelta huelga de transportistas y a los duraderos efectos de la pandemia por COVID-19, afecta de forma crítica a la vida diaria de los españoles. Con los precios de las actividades normales encareciéndose cada vez más para las familias españolas, Sánchez ha decidido hacer una gira por Europa con el objetivo de desvincular el precio de la luz y del gas para poder ofrecer finalmente una solución válida a los ciudadanos del país que dice gobernar. Sin embargo, todos estos desplazamientos tienen un coste que están pagando, del que los españoles no conscientes.
El método favorito de Sánchez para desplazarse fuera de La Moncloa son los famosos aviones ejecutivos utilizados por la presidencia del Gobierno y la Jefatura del Estado, los Falcon. Contando con cinco de estos aviones de fabricación francesa, Sánchez se ha convertido en un usuario habitual del asignado al cargo que actualmente ocupa. No muy lejos quedan las polémicas noticias en las que se aseguraba que Sánchez había acudido a un festival de música en el interior del país usando este contaminante medio de transporte. Era el propio Sánchez el que, años atrás, rogaba a los españoles que no usaran el avión para desplazarse y buscaran alternativas más amigables con el planeta en pro de un espíritu ecologista que antes y ahora parece más que impostado y vacío.
El principal problema con los continuos desplazamientos de Sánchez es que se realizan en medio de la mayor subida del precio del combustible que se recuerda nunca. Una lista recopilada por varias fuentes, en las que se pueden contar hasta veinte viajes en un lapso menor al de un mes, son una de las consecuencias de una ruinosa y estéril política exterior, que no consigue nada y deja a deber a los españoles. El objetivo que Sánchez se marcó antes de su gira por Europa a lo largo de este mes de marzo era claro: conseguir que la Unión Europea mirara con buenos ojos su propuesta de desvinculación del precio de la luz y del gas del mercado, permitiendo a las familias españolas sobrellevar la dureza del invierno con mayor comodidad y viviendo en hogares debidamente iluminados.
A pesar de que el objetivo era más que necesario de lograr, las formas en las que Sánchez acometió la tarea que tenía por delante están en entredicho por un sector amplio de la población y de los políticos españoles. Sánchez, además, movilizó al ministro de Asuntos Exteriores como apoyo suplementario en su gira europea. José Manuel Albares visitó, en relación con la delicada situación humanitaria vivida en la frontera entre Polonia y Ucrania, un campamento de refugiados situado en dicha zona. Mientras, Sánchez mantenía agitadas reuniones con personalidades de alto nivel político como Emmanuel Macron o Eduard Heger, primer ministro eslovaco. Este pequeño tour por Europa ha supuesto una verdadera fortuna a los españoles, atendiendo a los precios del combustible que actualmente marcan los carteles de las gasolineras en todo el país.
Los intentos de Sánchez de desvincular el precio de la luz y el gas son aplaudidos, pero las formas no son las correctas para muchos, quienes le recuerdan la posibilidad de haber ahorrado a los españoles el excesivo despliegue de medios y recursos que Sánchez ha utilizado para prácticamente volver con las manos vacías recurriendo a métodos telemáticos que tan populares se han vuelto en un contexto en el que el distanciamiento social gobernó nuestras vidas. En su reunión con el canciller alemán, Olaf Scholz, no logró su objetivo y el gobernante germano continuó negándose a aceptar la propuesta de Sánchez. A pesar de mantener el apoyo de Emmanuel Macron en esta cuestión, Sánchez se vio obligado a regresar a España con una cuenta de viaje abultada y sin nada concreto ni beneficioso que presentar a los españoles.
Muchos han intentado conocer el coste real de esta gira europea de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno y representante de todos los españoles. Sin embargo, desde Moncloa cierran filas en torno al presidente del Ejecutivo y no proporcionan ningún dato del coste que tendrán que asumir todos los españoles por haber permitido la fallida gira europea de Pedro Sánchez.