Jorge Javier Vázquez ha temido por su vida recientemente y llegó a imaginarse los últimos días de su vida, según ha confesado en Lecturas
La salud preocupa mucho a Jorge Javier Vázquez desde que sufrió un ictus y en un momento en que su gran amiga Mila Ximénez lucha con fuerza por agarrarse a la vida, víctima de un cáncer.
El presentador de Sálvame ha confesado públicamente su hipocondria, al narrar en su blog de Lecturas una reciente visita a Urgencias por un dolor de cabeza. El de Badalona llegó a pensar que tenía un tumor cerebral.
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"El viernes por la mañana acabo en urgencias por culpa de un dolor de cabeza terrible y la garganta destrozada. La doctora que me atiende decide hacerme un escáner para evitar sorpresas desagradables. Cita mis antecedentes. El ictus, vaya. Y cuando hago el camino de la habitación al lugar de la prueba en silla de ruedas comienza a darme un poco de bajón. Y al dejarme aparcado para esperar mi turno la cabeza empieza a dar vueltas poniéndose en lo peor, claro", comienza su relato.
"Pensaba yo, sentadito en mi sillita, todo vulnerable: “Mira que si ahora me dicen que tengo un tumor cerebral”. Y ante la perspectiva de tener que decir adiós a este mundo comencé a hacer un rápido repaso vital y a imaginar cómo serían mis últimos días", explica.
Los últimos días de vida de Jorge Javier Vázquez
El presentador explica, llegado a este punto, una parte de su función teatral 'Desmontando a Séneca': "'Porque en el fondo todo esto no es más que una lotería, una gigantesca lotería en la que llevas un décimo desde que naces que te puede tocar en cualquier momento. Pero, vamos, que tocar te va a tocar. El premio gordo, además', explico yo en mi función 'Desmontando a Séneca''". Creo que lo que haría si me anunciaran que me ha tocado el gordo sería dejar de trabajar", se imagina.
"Pero no para vivir lo que me quedara de manera loca, sino para prepararme del mejor modo con el fin de aceptar el adiós con el menor miedo posible", es la reflexión de Jorge Javier Vázquez.
Aunque finalmente, todo quedó en un susto: "Afortunadamente, me dieron buenas noticias y la culpa de mi malestar es un resfriado que no se acaba de largar y unos mocos rebeldes que están dando demasiado por saco. Así que por ahora sigo jugando en la vida. Pero yo, como todos los que estamos vivos, sigo esperando a que me toque el décimo", concluye.