Yolanda Díaz se ha convertido, en los últimos meses, no sólo en una de las políticas más fuertes del actual Gobierno de España, sino también en una verdadera líder política, que podría discutir el liderazgo de la izquierda española a PSOE y Unidas Podemos en unas próximas elecciones.
Algo ante lo que ambas formaciones ya se encuentran trabajando, buscando algún 'trapo sucio' de la actual vicepresidenta del Gobierno que pueda pararle los pies, y llegar a hundirla en caso de que crezca 'demasiado' su popularidad.
Guerra sucia contra la gallega en la que, según el diario The Objective, socialistas y podemitas sí habrían encontrado un tema con el que 'ensuciar' la reputación de Yolanda Díaz, correspondiente a su etapa en la concejalía de Ferrol de 2003, donde pronto se convirtió en teniente de alcalde.
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Y es que, durante ese periodo, tal como se ha podido saber, una de las personas de su máxima confianza dentro del partido de Izquierda Unida, Ramiro Santalices, estuvo vinculado con delitos de pornografía infantil.
Así pues, en 2009, dos integrantes de IU denunciaron a la cúpula del partido, en la que se encontraba Yolanda Díaz, un presunto caso de pornografía infantil en la organización, después de haber encontrado que, en uno de los ordenadores de la sede central, se había realizado una búsqueda 'Google' sobre el tema.
Asunto que, sin embargo, fue 'tapado' por el partido, procediendo ambos cuadros de IU a llevar, el 2 de febrero de 2009, el asunto ante la policía de Ferrol; denuncia interpuesta en la comisaría que provocó, apenas un mes más tarde, que ambos trabajadores fueran acusados de "falsedades" y expulsados del partido.
Díaz pudo encubrir la situación
Un caso que quedó totalmente tapado desde el partido hasta 2016, cuando Ramiro Santalices fue detenido por consumo de pornografía infantil, siendo condenado a un año de prisión después de obtenerse algunos emails y mensajes en los que el político compartía documentos fotográficos con otros pedófilos, y reconocía que "le gustaba abusar de niñas de 10 y 12 años".
Detención que llevó a la Policía a investigar los hechos y la denuncia interpuesta en 2009, salpicando a Yolanda Díaz, siendo fuentes de IU consultadas por el citado diario las que han señalado que es posible que la actual ministra ocultara los hechos para evitar el escándalo.
"Si ella no dio crédito a los denunciantes, él la apoyó para expulsarles" se asegura desde dentro del partido, convirtiendo a Díaz en un agente fundamental en el encubrimiento de Reneses, que por aquel entonces era responsable federal de la Organización de Izquierda Unida.
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Una posición que, tras salir a la luz la investigación policial y la detención de Reneses, Yolanda Díaz cambió por completo, denunciando cualquier tipo de acto semejante, pero negando cualquier participación del partido en los hechos.
"Hemos procedido inmediatamente, rescindiendo su contrato y suspendiendo de militancia a esta persona" destacaba Díaz en 2016 "Lamentablemente, lo ocurrido no es política, sino un drama auténtico, un horror [...] y desde luego, una cuestión horrible que es absolutamente privada".
Justificaciones que, sin embargo, no podrían ser suficientes, si PSOE y Unidas Podemos decidieran ahora pedir explicaciones a la vicepresidenta del Gobierno sobre su presunta implicación en la ocultación de estos hechos.