No es la primera vez que Europa da una 'bofetada de realidad' a los planes supremacistas catalanes en el etiquetado.
Los representantes de la 'Plataforma per la Llengua', la entidad supremacista catalana que busca que el catalán sea la única lengua utilizada en Cataluña, han exigido a la compañía Lego, al igual que hicieron con Playmobil, que etiqueten sus productos en catalán.
Una exigencia que han secundado eurodiputados de ERC en Europa, intentando presionar a la Comisión para imponer el catalán en las etiquetas presentes en Cataluña.
Sin embargo, pronto se han encontrado con la rápida respuesta del comisario de Mercado de Interior, Thierry Breton, que ha explicado públicamente que, según la Directiva 2009/48/CE, los fabricantes deben acompañar sus juguetes con instrucciones y condiciones de seguridad "en una o varias lenguas fácilmente comprensibles para los consumidores", según lo que estipule el Estado miembro".
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Una normativa, que en caso español, está definido por el Real Decreto 1205/2011 establece que las instrucciones y la información de seguridad debe estar redactada, como mínimo, en español, como lengua general y más utilizada, tanto en Cataluña como en el resto del territorio español.
Segundo toque de atención europeo a las etiquetas catalanas
No es la primera vez que el supremacismo catalán busca remarcar el uso de la lengua catalana por encima del castellano en el día a día de sus ciudadanos. Y es que, ya en 2011, desde el independentismo, apoyado por la Generalitat de Cataluña, se apostaba por etiquetar únicamente en catalán.
Una apuesta que pronto fue rechazada desde el Parlamento Europeo, que ese mismo año endurecía las exigencias sobre el etiquetado de los alimentos, exigiendo que las etiquetas estuviesen escritas, al menos, en una de las lenguas oficiales de la Unión Europea.
Una decisión que enfurecía a los independentistas catalanes, ya que la lengua catalana no está aceptada dentro de las normativas europeas, por lo que no estaría aceptado el etiquetado únicamente en la lengua catalana.
Eso si, los partidos independentistas siguen contando con los radicales secesionistas, que atemorizan a los comerciantes y restauradores que, en Cataluña, no rotulan sus negocios en catalán, llegando a hacer casi obligatorio el uso de la lengua cooficial ante el temor a las represalias de los violentos secesionistas.