Le tienen ganas. El coronel Diego Pérez de los Cobos no sólo es un grano que la ha salido a Pedro Sánchez en la Guardia Civil. También es la bestia negra del independentismo catalán a quien se le responsabiliza de la supuesta violencia que se vivió en Cataluña durante el golpe de estado que el separatismo intentó perpetrar el 1-O de 2017.
No le han perdonado, ni le perdonarán, y al festejo por su cese se une el deseo de verle entre rejas después de someterle a una investigación. Quieren que corra la misma suerte que los autores del atentado a la constitución que se vivió en Cataluña en 2017.
El polémico testimonio de De los Cobos ante el Supremo
Diego Pérez de los Cobos tiene soliviantado al separatismo catalán, que le ve como su enemigo número uno. Por enfrentarse con decisión a las turbas descontroladas en la calle y por explicar la verdad ante el Tribunal Supremo, colaborando eficazmente en las condenas que acabaron recayendo sobre los acusados. En su testimonio ante el juez Marchena, Pérez de los Cobos valoró como “insuficiente, inadecuada e ineficaz” y “una estafa” la colaboración prestada por los Mossos d´Esquadra a la Guardia Civil y la Policía Nacional. (La sucia campaña de Ana Pardo de Vera en TeleSánchez: Pone en marcha el ventilador contra Pérez de los Cobos y le acusa de torturas y apaleamientos)
El 1 de octubre de 2017, época de Mariano Rajoy en el Gobierno, Pérez de los Cobos era el director del Gabinete de Coordinación y Estudios dependiente de la Secretaría de Estado de Seguridad y el encargado de coordinar el dispositivo policial en Cataluña. En abril de 2018 fue nombrado jefe de la comandancia de la Guardia Civil en Madrid y es el segundo cargo de confianza cesado por Grande-Marlaska tras la destitución del coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil Manuel Sánchez Corbí.
Òmnium Cultural busca venganza
Ahora Òmnium Cultural, el chiringuito separatista que sigue presidiendo en la sombra el condenado Jordi Cuixart, busca venganza y reclama para Pérez de los Cobos el mismo castigo que recibieron los insurrectos acusados de sedición contra España.
Òmnium ha viralizado a través de las redes sociales un vídeo en el que se recogen las supuestas mentiras de Pérez de los Cobos. La principal, según esta fuente, es que "no hubo ninguna carga policial por parte de las fuerzas de seguridad del estado durante el 1-O". Y es que es que el relato independentista parte de la premisa fundamental de que el "estado represor" envió a Cataluña a la Guardia Civil para "reprimir" sus ansias de libertad utilizando una violencia discriminada que se tradujo en más de mil heridos, una cifra que jamás se pudo probar con datos reales. Aunque sí es más demostrable el número de heridos que se produjeron entre las fuerzas de seguridad como consecuencia de los ataques de los radicales violentos separatistas. (¡Esto acabará mal! Dimite el DAO de la Guardia Civil un día después del cese de Pérez de los Cobos. Y el Gobierno recibe un aviso para navegantes)
Ahora lamentan que el responsable de aquella "carnicería" se vaya de rositas "sin haber sido investigado, mientras gente de paz está en prisión por ejercer sus derechos fundamentales". En el vídeo se acusa a Pérez de los Cobos de mentir ante el Supremo negando con "cinismo" las cargas policiales y distorsionando la realidad en beneficio propio y con hipocresía parapetándose en un mandato judicial.
Le cuelgan la medalla del cese a Rufián
Y en esta historia de buenos y malos, en la que Diego Pérez de los Cobos es el malo-malísimo, resurge entre los medios propagandísticos de la república bananera catalana la figura de Gabriel Rufián, a quien, por ejemplo, El Nacional.cat cuelga la medalla del sonado cese de Grande-Marlaska.
Asi dan rienda suelta a su rabia incontenida contra Pérez de los Cobos: "Algunas fuentes atribuyen a los pactos de investidura entre republicanos y el PSOE la defenestración del coronel de la Guardia Civil, Pérez de los Cobos. Sea como sea, su cese es un acto de reparación histórica, de justicia. Que haya sido o no una concesión a los republicanos que lidera Gabriel Rufián en Madrid, no lo sabremos nunca. Lo que es determinante es que el responsable del operativo policial que masacró a los ciudadanos el 1 de octubre ha caído, destituido fulminantemente por el ministro Marlaska.
La destitución del coronel del instituto armado de los del tricornio, la Benemérita, es una decisión que tendría que satisfacer ya no a los demócratas sino a toda la buena gente. Alguien que es capaz de negar ante el Tribunal Supremo que se produjeron cargas desproporcionadas aquel día y de afirmar, sin ruborizarse, que hicieron un uso proporcionado de la fuerza, incluso de elogiar la actuación policial, sólo puede ser considerado un cínico. Un cínico y un mentiroso, claro está.
"Perez de los Cobos fue escogido para apalear a nuestra gente"
Pérez de los Cobos fue el escogido para apalear a nuestra gente. Era él y sólo él. Detrás estaba toda la arquitectura del Estado con un único objetivo: criminalizar el independentismo y encerrar a sus líderes políticos y sociales. Un marco mental basado en la mentira, el engaño y la manipulación como herramienta. Informes sesgados, con tufo a podrido y untados con la vaselina de las togas y masas de los tribunales de excepción con el único objetivo de hacer realidad su sueño húmedo: “¡Por España!”. Del resto se encargaron los medios afines al régimen manipulando y difuminando la violencia del ejército de fieles mensajeros que del abuso y el falso testimonio hicieron sus principios de actuación. ¿Qué les tengo que explicar que no sepan?
El salvapatrias escogido para coordinar el operativo policial del 1 de octubre. Su misión, precisamente, era hacer todo lo contrario, descoordinarlo y acusar a la policía catalana de pasividad, mientras sus cachorros sedientos de rabia, rencor y venganza ejercían indiscriminadamente y con total impunidad el monopolio de la violencia. (Pérez de los Cobos destroza a Trapero en la Audiencia Nacional)
"Con la camisa azul arremangada"
De tal palo tal astilla. Hermano de quien fuera presidente del Tribunal Constitucional, el 23-F se cuadró con la camisa azul arremangada. Antes había prendido fuego a la Constitución. Las víctimas eran los verdugos, "nos miraban con cara de odio".
Nunca sabremos qué habría pasado si Marchena hubiera permitido el careo de Pérez de los Cobos para acreditar el falso testimonio. Lo que sí que quedó demostrado es que las evidentes contradicciones manifiestas de la Benemérita sirvieron para acreditar la sedición contra los líderes independentistas.
Lo que nos tendría que sorprender es que Pérez de los Cobos no hubiera sido cesado el mismo 1 de octubre, ya no por la violencia policial contra los ciudadanos pacíficos, sino por el estrepitoso fracaso de aquel excepcional y masivo despliegue policial. No sólo no detuvieron la votación sino que la espolearon al provocar centenares de heridos y al proyectar una pésima imagen internacional, tal como denunció en su día el hoy ministro Ábalos. Aunque después este PSOE miedoso y monárquico, hasta los tuétanos, volviera a hacer dejadez de sus convicciones democráticas y republicanas para acatar la intervención del rey Felipe VI, parapetado tras un barrote mientras justificaba la brutal violencia ejercida contra sus súbditos.
Mucha rabia contenida
Lo que nos queda claro es que este PSOE es el mismo que preside la Diputación de Barcelona gracias al partido del president en el exilio, gracias al cual también gobierna y preside gran parte de los consejos comarcales metropolitanos. Instituciones donde reina una chocante fraternidad. ¿La pregunta es qué está pasando? ¿Cómo es posible que en todas las instituciones que presiden los socialistas de Iceta con el apoyo incondicional de Junts per Catalunya reine esta calma intensa, esta omertà? (Las víboras separatistas se relamen con el cese de Pérez de los Cobos)
Es una pregunta que tendrían que responder los dirigentes de la corriente independentista que más levanta la estelada y que con más furia la golpea contra otros independentistas mientras convive mansamente con el PSOE allí donde gobierna. La distancia entre la gesticulación y la política que se despliega es de tal magnitud que clama al cielo. El silencio es la respuesta que nos ofrecen mientras blanden consignas en el vacío".
Mucha rabia se desprende de los vómitos sectarios de la propaganda independentista. Le tienen tantas ganas a Pérez de los Cobos que no descansarán hasta verle entre rejas. Y confían en su capacidad para ejercer el chantaje y la extorsión ante el Gobierno para conseguirlo.