Desde su desaparición de la primera línea política y su renacimiento como líder de opinión en diferentes medios de comunicación, la figura de Pablo Iglesias ha caído en popularidad y atención mediática. Pero el exvicepresidente está decidido a permanecer en el ojo del huracán, concediendo entrevistas a diferentes personas y medios de comunicación en estos momentos de reflexión que está viviendo el que fuera líder de Unidas Podemos.
Una de sus últimas apariciones en un pequeño medio independiente como invitado es en el programa argentino 'La Pizarra'. Durante el transcurso de la entrevista, que Iglesias realizó desde su controvertida casa en Galapagar, el antiguo líder de Podemos no tuvo ningún reparo en revelar detalles íntimos de su vida privada con el objetivo de adquirir nuevamente relevancia mediática.
Los rumores sobre su promiscuidad, por ejemplo, son más que infundados para el expolítico, que zanjaba la cuestión de esta manera: "A mí siempre la ultraderecha me ha atribuido ser como muy ligón, pero ¡si soy un monje de clausura! ¡Qué enorme injusticia!". Para Pablo Iglesias esta cuestión es realmente seria, especialmente mantieniendo una pareja como es el caso del propio Iglesias: "Con la cantidad de golfos que hay por ahí, que yo conozco con nombres y apellidos, en mi partido y en otros partidos... que a mí se me haya construido ese mito siempre me ha hecho gracia. Yo que el sexto mandamiento lo cumplo a rajatabla. No soy un ligón".
Otro de los aspectos de la vida de Pablo Iglesias, ahora que ya no está concentrado en sus quehaceres como vicepresidente ni como líder de Podemos en Madrid es la vida en familia. Confiesa tener las tareas domésticas "muy repartidas" con Irene Montero, que debe compatibilizar su presencia en la esfera familiar con sus tareas de ministra de Igualdad.
A pesar de este equilibrio, Pablo Iglesias no puede con una de las manías de sus hijos: desordenar sus juguetes. Recoger todo el desastre suele ser una de las tareas recurrentes del expolítico, a pesar de que es una de las obligaciones que peor encaja en la vida en familia: "Me molesta enormemente recoger los juguetes de mis hijos Es una tarea como muy poco duradera. Es estar recogiendo y, mientras estás recogiendo, los están tirando otra vez. Ir detrás de ellos todo el rato me desespera".
Con esta curiosa relación con sus hijos en ciertos puntos del orden doméstico, Pablo Iglesias está sabiendo mantener un equilibrio entre sus obligaciones como padre y marido dentro de su hogar y sus obligaciones como comunicador en su programa de radio y en las diferentes columnas que coloca en algunos medios escritos. Asimismo, compartir la cama con Irene Montero es una de sus vivencias más gratas, a pesar de que estuviera marcada durante algún tiempo por la falta de relaciones íntimas y problemas del sueño durante su vicepresidencia.
Especialmente reveladora es la confesión de Pablo Iglesias sobre sus hábitos de sueño durante su estancia en el Gobierno, que afectó a todos los miembros de la familia: "No es lo mismo no dormir por estrés que por estar abrazado a tu hijo, en este último caso no me importa hacerlo". Estas impactantes y tiernas declaraciones muestran que, efectivamente, Iglesias también tiene un lado más humano, especialmente cuando sus hijos están cerca.