La aprobación de los Presupuestos Generales del Estado se ha convertido, en plena pandemia de coronavirus, en el principal objetivo del Gobierno de España.
Unos PGE para los que Pedro Sánchez necesita del apoyo de aquellos que le llevaron a la Moncloa: Unidas Podemos, y las formaciones nacionalistas vascas y catalanas, como ERC y EH Bildu.
Consciente de esta necesidad, y 'guiado' en todo momento por el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, el presidente socialista ha hecho concesiones a los nacionalistas, tal y como son la polémica mesa de negociación sobre la independencia catalanna o el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco.
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Movimientos políticos que se han encontrado con el rechazo frontal de barones socialistas como Emiliano García-Page, que ya ha manifestado públicamente su desacuerdo con el presidente nacional.
"El problema es que el documento de fondo (los PGE) es bueno, pero el peaje que hay que pagar para sacarlo adelante es doloroso" ha afirmado, haciendo referencia al pacto con Arnaldo Otegi, llegando a confesar que, para muchos socialistas, el pacto con Bildu "no tiene pase".
La socialista Susana Díaz también ha mostrado su rechazo al pacto con los proetarras vascos, así como el presidente de Asturias, Adrián Barbón, que ha señalado que "pactar los Presupuestos con Bildu no es un plato de buen gusto".
Palabras que, sin embargo, ha decidido desoír Pedro Sánchez, que mantiene el silencio sobre las concesiones realizadas a los partidos nacionalistas para conseguir la aprobación de los PGE.
"Entre avanzar o quedarnos como estamos, el Congreso decide avanzar y España dice adiós al pasado" se defiende el socialista.
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Sánchez ignora las propuestas de Ciudadanos
Sánchez está "muy fuera del sitio habitual de las grandes mayorías del PSOE" señalaba García-Page en una entrevista en la Cadena Ser.
Una mayoría socialista, entre la que también se encuentran los barones socialistas, que habrían visto con buenos ojos los pactos del partido con Ciudadanos, eliminando así las exigencias nacionalistas de los Presupuestos.
"Si hace un año y medio hubiera sido posible el pacto del Gobierno con Ciudadanos hubieran salido las cuentas" se lamenta el socialista de Castilla la Mancha "Pero al final se fue a un Gobierno en el que tienes que estar permanentemente en vilo".
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Una situación que la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha intentado aliviar en múltiples ocasiones; la última de ellas, con las propuestas de su formación a la reforma de la Ley Celaá, blindando al castellano como lengua vehicular de la enseñanza.
Una enmienda que ya ha sido rechazada por el PSOE en el Congreso, y que ha roto toda vía de acercamiento y apoyo de los naranjas a los Presupuestos, marcando claramente la línea que Sánchez busca en la aprobación de los Presupuestos: una mayoría parlamentaria compuesta por partidos rupturistas, y encabezada por Unidas Podemos.