El 16 de febrero, Pablo Hasél era detenido por la policía e ingresaba en prisión tras ser condenado, entre otros, por un delito de enaltecimiento del terrorismo, a pesar de la multitud de protestas y manifestaciones que se produjeron esos días, y a posteriori, pidiendo la libertad del rapero.
Ahora, Hasél se ha convertido en uno de los presos más célebres de la cárcel de Poniente, en Lérida, donde ostenta el número de preso 17.880. Sin embargo, el rapero no es uno más dentro de la comunidad penitenciaria.
Y es que, a pesar de que las normas de la prisión establecen que, en un máximo de cinco días, los presos deben pasar del Departamento de Ingresos a la convivencia con el resto de presos, éste no es el caso del rapero.
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Tal y como desvela Dolça Catalunya, Hasél continúa, un mes después de entrar en prisión, en el módulo de ingresos, de mayores comodidades. Algo que los demás presos no han olvidado.
"¡Asómate Pablo!", "No tengas vergüenza, entra pa'dentro", o "¡Deja de estar protegido por los funcionarios!" son algunas de las frases que, desde la zona común, gritan el resto de presos, 'deseosos' de conocer a la celebridad.
Los líderes separatistas se olvidan de Hasél
Parece, sin embargo, que los deseos de los presos son muy distintos a los de los líderes independentistas y nacionalistas catalanes.
A pesar de que, durante los días previos a su encarcelamiento, y las noches posteriores a su detención por la policía, tanto los líderes independentistas como los radicales nacionalistas exigieron su liberación, asegurando que su único delito había sido defender su "libertad de expresión", el mes que lleva encerrado Hasél parece haber sido demasiado largo para algunos.
Tal y como aseguran las fuentes del diario digital, las visitas al rapero preso han caído estrepitosamente en las últimas semanas, habiéndose ya olvidado de él por completo los líderes nacionalistas, que estrenan Generalitat, y no tienen tiempo para los ciudadanos que siguen su ejemplo, y lo pagan desde prisión.