Los peligros de Neuralink, el chip que Elon Musk quiere probar en cerebros humanos en 2022

Las posibilidades que ofrecería este microchip pueden conllevar a obligar a las personas implantadas a convertirse en 'perfectos soldados'.

11 de Diciembre de 2021
Los peligros de Neuralink, el chip que Elon Musk quiere probar en cerebros humanos en 2022
Los peligros de Neuralink, el chip que Elon Musk quiere probar en cerebros humanos en 2022

Si alguien parece decidido a cambiar el curso del futuro, ese es Elon Musk; algo que pretende comenzar a hacer ya en 2022, con el inicio de las pruebas en humanos de su microchip 'Neuralink', desarrollado a través de su empresa de tecnología especializada en comunicación informática-cerebal.

Un chip que se implantaría en el cerebro de las personas, y que está diseñado para estimular la actividad cerebral deseada, pudiendo así ser utilizado, sólo con fines médicos, para el tratamiento de enfermedades o lesiones neurológicas.

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Es el caso de las personas con lesiones graves de médula espinal, como los tetrapléjicos que, en 2022, serán los primeros que experimenten el uso del Neuralink, después de que Musk reciba luz verde por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).

Sin embargo, aunque estos microchips puedan prometer un gran avance en la medicina gracias a las conexiones artificiales entre los impulsos eléctricos del cuerpo, la posibilidad de alterar con tecnología artificial un cuerpo humano puede crear grandes interrogantes y 'contraindicaciones' al invento de Musk.

'Soldados perfectos'

En un primer lugar, la introducción de un microchip en el cerebro humano implicará un gran problema de cyberseguridad; y es que, durante la presentación de Neuralink, la empresa reconoció que el chip almacena información del individuo en el que está implantado; algo que podría hacer que el chip fuese el objetivo a hackear por delincentes para tener acceso a esa información, pudiendo poner en riesgo la integridad del paciente.

Por otra parte, aunque tal vez la más temida tanto por expertos como por los aficionados a la tecnología, es la posibilidad de que, en un tiempo, este microchip se implante en personas sanas, con la intención de hacer mejoras artificiales al cuerpo humano.

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Mejoras como visión nocturna, insensibilidad al dolor, o la experimentación de un dolor extremo; modificaciones que se podrían realizar a través del microchip, y que podría utilizarse militarmente para concebir 'soldados perfectos', que estarían dirigidos por aquel que tenga el poder sobre el chip.

Avances importantes en la ciencia, y en la medicina, que nuevamente vuelven a verse envueltos en la polémica, no por su capacidad de mejorar la vida de los seres humanos, sino por la posible falta de ética de aquellos que puedan acceder al microchip.