Cuando es preciso que nuestro perro tome alguna pastilla, por estar padeciendo alguna enfermedad o recuperándose de una, muchos son los dueños que sufren a la hora de conseguir que su perro se la trague.
Esconderla en comida, diluirla en agua... ¡cualquier truco es bueno!
Sin embargo, a veces lo más recomedable es no mezclar la pastilla con nada (según nos aconseje el veterinario).
Por ello, lo mejor suele ser cogerle la mandíbula, abrirle la boca y hacérsela tragar en unos pocos segundos. Rápido... ¿y fácil?