A medida que la ciencia se esfuerza por crear una vacuna contra el Covid-19, en Internet se propagan con facilidad una serie de teorías sin fundamento que incitan a no utilizar el antídoto una vez sea aprobado, bajo las hipótesis de que generaría autismo, homosexualidad o que serviría para la implantación de un sistema de control a través de microchips. En este artículo, le contamos cómo los gigantes de las redes sociales han adoptado medidas para combatir la desinformación.
Aplicarse o no la vacuna contra el Covid-19, cada vez son más las personas que se sumergen en este dilema a raíz de un sinnúmero de teorías conspirativas que se propagan en Internet. Los gigantes de las redes sociales, acusados de ser negligentes frente al tema, ya han empezado a tomar medidas al respecto.
Facebook anunció una nueva política global bajo la cual no aceptará en su plataforma anuncios pagados que desalienten la vacunación. Sin embargo, no mencionó ninguna estrategia para restringir las publicaciones que hacen sus usuarios.
Los grupos antivacuna, que siempre han existido, siguen teniendo presencia en su plataforma. Facebook ha sido acusado de no hacer nada para regular el contenido dañino que se propaga en su espacio. Pero, ante la presión, parece haber empezado a ceder. Hace unos días prohibió las publicaciones que niegan el Holocausto y suprimió contenidos relacionados con la teoría de conspiración Qanon.
Después de Facebook, Youtube anunció que eliminará videos que contengan información errónea sobre la vacuna contra el nuevo coronavirus. Su nueva medida hace parte de una política que prohíbe información falsa relacionada con la enfermedad: desde su transmisión hasta su tratamiento, e incluso la negación de su existencia.
Bajo esta normativa y, desde princípios de febrero, se han eliminado más de 200 mil videos. En 2019, Youtube desmonetizó varios canales que promovían teorías conspirativas contra la vacunación. Se esperan nuevas restricciones en las próximas semanas
Entre las teorías conspirativa más promovidas se encuentran las siguientes:
Alteración del ADN
El temor de que la vacuna podría de alguna manera cambiar tu ADN es una de las teorías que más frecuentemente se lanzan en las redes sociales. La BBC entrevistó a tres científicos independientes al respecto. Todos dijeron que la vacuna de coronavirus no alteraría el ADN humano. Algunas de la nuevas vacunas creadas, incluyendo la de Pfizer/BioNTech recién aprobada en Reino Unido, usan fragmentos del material genético del virus -o ARN mensajero-. El inyectar ARN a una persona no cambia nada del ADN de una célula humana", explicó el profesor Jeffrey Almond de la Universidad de Oxford. El sistema inmune aprende a reconocer y producir anticuerpos contra la proteína.
Tejido fetal
Hemos visto denuncias que las vacunas contienen el tejido pulmonar de un feto abortado. Eso es falso. "No se han usado células fetales en el proceso de producción de ninguna vacuna", afirmó el doctor Michael Head, de la Universidad de Southampton. Un video en particular que se publicó en una de la principales páginas antivacunas en Facebook hace referencia a un estudio que el narrador afirma muestra evidencia de lo que contiene la vacuna desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford. Pero el narrador está equivocado: el estudio en cuestión exploraba cómo la vacuna reaccionaba cuando era inyectada en células humanas en el laboratorio.
La confusión pudo darse porque hay un paso en el proceso de desarrollo de la vacuna que usa células criadas en un laboratorio, que descienden de células embrionarias que de otra manera hubieran sido destruidas. Esa técnica fue desarrollada en los años 60 y no se abortaron fetos para esa investigación. Muchas vacunas son producidas de esta manera, explicó el doctor David Matthew, de la Universidad de Bristol. El experto agregó que cualquier rastro de las células se elimina completamente. Los desarrolladores de la vacuna en la Universidad de Oxford dicen haber trabajado con células clonadas, pero que estas células "no son en sí células de bebés abortados".
Las células se desempeñan como una fábrica que produce una versión muy debilitada del virus que ha sido adaptada para funcionar como una vacuna. No obstante, aunque el virus debilitado se crea utilizando estas células clonadas, ese material celular se remueve cuando el virus es purificado y no se utiliza en la vacuna.
Las vacunas causan autismo
Esta es tal vez una de las más antiguas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1998 un estudio planteó una posible relación entre las vacunas contra el sarampión, paperas y rubéola y el autismo, pero la revista que lo publicó retiró esta teoría porque se demostró que era "fraudulenta". Hasta el momento, no existe ninguna prueba de ello.
Implantación de microchips a través de la vacunas
Frente a la divulgación de esta teoría, el sitio web de verificación de hechos Politifact consultó al Centro para el Desarrollo de Vacunas y Salud Global de la Universidad de Maryland. Su director, el doctor Wilbur Chen, dijo que la versión más pequeña de un microchip aún es "demasiado grande como para entrar por una aguja".