Según el Panel Intergubernamental de Naciones Unidas para el Cambio Climático, será el sur de Europa el que sufra las principales consecuencias de este deshielo a corto plazo.
A pesar de sus miles de detractores, el cambio climático se ha convertido en una realidad, cuyos efectos devastadores podrían empezar a afectar al ser humano, y a la civilización tal y como la conocemos actualmente, a finales de siglo, comenzando por el deshielo de los polos, y el consecuente aumento del nivel del mar.
Una situación que está siendo investigada por un grupo de expertos de la Universidad de Northumbria, Reino Unido, en colaboración con investigadores de Postdam, Alemania.
Esta investigación se ha centrado en un glaciar gigante de la Antártida, conocido como el glaciar Pine Island, con un tamaño que equivale a dos terceras partes de Gran Bretaña, y cuyo derretimiento es el causante del 25% de la pérdida de todo el hielo que sufre el continente antático.
"Si el glaciar entrara en un retroceso inestable e irreversible, el impacto sobre el nivel del mar podría medirse en metros y, como muestra este estudio, una vez que comience el retroceso, podría ser imposible detenerlo" asegura uno de los expertos.
Parte de la costa española podría desaparecer
Si el deshielo de este glaciar continua, no sólo se agravará el cambio climático, sino que el sur de Europa sufrirá grandes cambios en su clima. Así lo asegura el V informe generado por el IPCC (Panel Intergubernamental de Naciones Unidas para el Cambio Climático).
Asi pues,se producirá un aumento de las temperaturas, mayores olas de calor, una mayor dificultad de acceder a agua dulce, un aumento de los incendios, que serán más severos, y nuevos asentamientos de insectos infecciosos.
"Sus impactos se están notando en todas las partes del planeta" aseguran desde Greenpeace, que han hecho especial hincapié en que "el Ártico es un asunto también de España".
Y es que, de derretirse el glaciar, y producirse el temido cambio climático, podrían desaparecer "cientos de metros del litoral mediterráneo", así como algunas de las costas más apreciadas españolas, como so las playas de Benidorm, Marbella o San Sebastián, que quedarán sumergidas bajo el agua. También los viñedos, una de las bases fundamentales de la oferta gastronómica del país, podrían verse afectados por la escasez de precipitaciones y los cambios en la tierra, que podrían afectar a la calidad de la uva.