Una fría noche de noviembre de 1992, Miriam, Toñi y Desirée eran recogidas por el Opel Corsa blanco que conducía Miguel Ricart, sin saber ellas que no volverían nunca a salir de ese coche con vida.
El vehículo, matriculado en 1984, permanece aún, casi 29 años después de aquella fatídica noche, en un depósito de coches de Valencia, junto al Seat Ronda utilizado por Antonio Anglés para huir, después de que la Guardia Civil recogiera en 1993, tal y como recoge el Diario Las Provincias, pelos que demostrarían la presencia de las niñas de Alcàsser en el vehículo.
Ambos coches iban a ser finalmente destruídos próximamente, debido a su mal estado actual; sin embargo, tanto la acusación popular como la particular se han opuesto a esta destrucción de pruebas, defendiendo la posibilidad de que los dos coches puedan dar nuevas pruebas de ser inspeccionados con las nuevas tecnologías disponibles, inexistentes en el año en el que se produjo el triple crimen.
Una posibilidad que aún mantienen las acusaciones, ya que aseguran que las pruebas aún no han prescrito, y que podría dar alguna pista del paradero de Antonio Anglés, uno de los hombres culpables de secuestrar, violar, torturar y asesinar a las menores en la caseta abandonada de La Romana.
Anglés, la pieza 'desaparecida' del crimen
El 27 de enero de 1993, dos apicultores encontraban los cadáveres de las niñas de Alcasser. Poco después, la Benemérita detenía a Miguel Ricart, y comenzaba la búsqueda de su cómplice asesino, Antonio Anglés, que huía al día siguiente a Valencia, donde intentó cambiar su apariencia física para no ser identificado.
Desde ese momento, la persecución de Anglés recorrió toda la geografía española, sabiéndose el 18 de marzo de ese año que Anglés había conseguido colarse como polizón en el buque de carga City of Plymouth, que viajaba de Lisboa a Liverpool.
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Rumores de cambios de barco, detenciones, etc. que, sin embargo, no acabaron con la detención real de Anglés por parte de la Guardia Civil español, siendo el fugitivo más buscado desde entonces por la Benemérita, que ha seguido pistas en Estados Unidos, Uruguay, Artengina, México o Brasil, desapareciendo finalmente en enero de 2000 perdurando las teorías de que el fugitivo de Alcàsser, o bien se ahogó en el Mar del Norte, o bien "sigue vivo"en Estados Unidos, donde un testigo asegura haberlo visto en una gasolinerea, sin haber encontrado más pistas de su ubicación actual.