Pedro Sánchez lidera una peligrosa corriente que está afectando al bienestar de nuestro país. Además de seguir en la presidencia del Gobierno, Sánchez está llenando su entorno de trabajo de sus mejores amigos y familiares. El nuevo en unirse a este 'club' es Ignacio Carnicero, que ya estaba en el punto de mira con anterioridad.
Carnicero no ha dudado en hacer uso de la influencia de su cargo público para beneficiar a entidades privadas. El amigo de Sánchez fue 'enchufado' como director general de Agenda Urbana y Arquitectura, un organismo que depende del Ministerio de Transportes. Carnicero desvió hasta 60.000 euros para subvencionar las actividades de una institución en la que estuvo becado hace más de diez años.
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La Real Academia de España en Roma, conocida por sus proyectos arquitectónicos de primer nivel, ha sido el receptor de esta cuantiosa cifra. Carnicero ha tenido un guiño con quienes le ayudaron en su formación como arquitecto entre 2008 y 2009. Este movimiento no ha pasado desapercibido para nadie, aunque Sánchez y la ministra de Transportes han evitado pronunciarse al respecto.
Pedro Sánchez conoció a Ignacio Carnicero durante su etapa de alumno en el instituto Ramiro de Maeztu, donde también ha coincidido con otras personalidades como la reina Letizia. Después de la llegada de su amigo al Gobierno, Carnicero entró en el gabinete en 2020 como director general de Agenda Urbana y Arquitectura. El revuelo montado por este nombramiento fue a más cuando Margarita Robles, ministra de Defensa, apoyó la decisión de Sánchez públicamente: "Hay que promocionar el talento. Y si alguien tiene ese mérito, esa capacidad y ese currículum, ¿por qué no?".
El concurso público sobre unas obras de ampliación y reforma en la sede de la Real Academia de España en Roma ha hecho saltar las alarmas. Dentro del comité evaluador de las propuestas se encontraba Ignacio Carnicero en calidad de presidente del comité evaluador y director de Agenda Urbana y Arquitectura. Muchos señalan que eligió el proyecto más sustancioso con una clara intención: devolver el 'favor' a la institución en la que estuvo becado.
Gran parte de los expertos en transparencia y buenas prácticas señalan que Carnicero "debió abstenerse" en la votación, especialmente siendo el presidente del jurado que evaluó las propuestas para rehabilitar y ampliar el edificio de la institución. A pesar de que Ignacio Carnicero argumentó que se había elegido un proyecto según "la calidad arquitectónica y viabilidad técnica, económica y constructiva" de las propuestas, muchos señalan que la decisión estuvo influida por su pasado.
Carnicero niega estas acusaciones, al tiempo que intenta desmarcarse de su relación de amistad con Sánchez para no salpicar a su protector. Sin embargo, este caso no es el único que afecta directamente al líder socialista, que ya ha sido 'pillado' en anteriores ocasiones colocando a sus amigos en puestos de diversa relevancia dentro del ámbito público.
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Sánchez ha puesto a sus amigos dentro del Gobierno y de las principales empresas públicas para mantenerlas bajo control y que se dobleguen a sus decisiones. Sin embargo, además del coste democrático de estos nombramientos, los españoles deben pagar muy caro la falta de respeto de Sánchez: las estimaciones señalan que esta innoble práctica del presidente del Gobierno cuesta al Erario público un total de 2,8 millones de euros anuales.