Carles Puigdemont creaba el 'Consejo para la República' en 2018 para sufragar los costes del movimiento independentista, tanto dentro como fuera de España. Esa era, al menos, la finalidad que proporcionó a los fieles secesionistas del ex president.
En realidad, el Consell no es más que una vía de financiación para el fugado de Waterloo, que contó con este fondo para su fuga de España tras el procés secesionista del 2017, y con el que cuenta a día de hoy para mantener su tren de vida en Waterloo a costa de sus seguidores independentistas.
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Sin embargo, cada vez son menos los que se tragan las mentiras del fugado de Waterloo y, por tanto, cada vez son menos los fondos con los que cuenta Puigdemont dentro del Consell per la República.
Así pues, en la última campaña de la declaración de la Renta, ninguno de los 'fieles' del ex president ha decidido seguir la insumisión fiscal propuesta por Puigdemont y los suyos, demostrando que el activisimo independentista ha perdido fuelle en los últimos meses.
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"Este año los activistas han tenido pocas ideas para intentar sablear al Estado vía el IRPF. Han comprendido que la bufonada del año pasado no sirvió absolutamente para nada y no merece la pena" explica un funcionario de Hacienda a El Español "'Objetores por la República' ha dejado de funcionar".
Así pues, no ha habido intentos de realizar declaraciones paralelas por parte de los secesionistas: algo que sí sucedió en 2020, cuando los fieles de Puigdemont intentaron ser 'objetores' del pago de la Renta nacional en favor del Consell per la República.
En concreto, en 2020, muchos fueron los que objetaron "razones de conciencia" para evitar "contribuir a la financiación de los gastos de la Casa Real, de los poderes judiciales y de los cuerpos de policía" nacionales, optando por regularizar ese dinero a través de la entidad creada por Carles Puigdemont.
Una 'treta' que ha sido perseguida desde Hacienda, y que nadie ha vuelto a repetir este año, haciendo que las arcas del Consell per la República, y por tanto las del ex president fugado, se encuentren cada vez más vacías, en un momento en el que Puigdemont tiene que hacer frente a la fianza impuesta por el Tribunal de Cuentas, siendo el abandono de sus fieles una doble puñalada para Puigdemont a nivel económico y moral.