Librarse del tabaco es una de las tareas que muchos fumadores se ponen cada 1 de enero. Se trata de un propósito que algunos acaban cumpliendo mientras que otros lo repiten año tras año sin éxito.
Decir 'adiós' al tabaco viene acompañado de una serie de beneficios importantes que comienzan a los 20 minutos de haberse fumado el último cigarro. De inmediato se produce una mejora evidente de su salud.
Los epidemiólogos hacen una desesperada advertencia sobre el tabaco
Tras 20 minutos sin fumar la tensión arterial y el pulso vuelven a lar normalidad mientras que a las 8 horas el monóxido de carbono presente en la sangre empieza a disminuir. Se elimina por completo del torrente sanguíneo a los 2 días.
A los 2 ó 3 días también desaparece la mucosidad en las vías respiratorias y tras una semana sin fumar se notan mejorías en los sentidos del olfato y el gusto y se tienen unos dientes más limpios.
Los riesgos de trombosis se reducen
A las 3 semanas ya no hay tanto síndrome de abstinencia y los riesgos de trombosis se reducen. A las 4 semanas los pulmones ya son más fuertes y se aprecia menos fatiga y más energía.
A los 2 ó 3 meses, la función pulmonar mejora un 5% y se reduce a la mitad la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. También se reduce la tendencia a padecer gripe o neumonía.
En 5 años los riesgos de cáncer de garganta, esófago o vegija se reducen a la mitad. Unos años después también se reduce el riesgo de padecer cáncer de pulmón, laringe y páncreas.
Después de 15 ó 25 años los riesgos de padecer estas enfermedades son los mismos que en los no fumadores salvo las personas que se fumaban más de 20 cigarros al día. Ellos tedrán el doble de posibilidades de tener cáncer de pulmón durante toda su vida.