Mediaset prepara nueva etapa para salvar en Italia y España el temor que le tienen a Netflix. Es por ello que la familia Berlusconi ha tutelado la fusión de sus dos filiales, que pasan a llamarse Media for Europe y tendrán sede en los Países Bajos.
La intención es que el dinero que Telecinco tiene que invertir por obligación en series y películas se vaya a sufragar ficciones europeas que sirvan para varios mercados, incluidos algunos en los que no opera como Alemania o Francia.
El problema es que para lograr la fusión han organizado una Junta de Accionistas que comenzó como el Rosario de la Aurora porque al segundo accionista del grupo televisivo, los franceses de Vivendi, no le dejaron entrar.
¿Ilegalidad?
Vivendi afirma en un comunicado que "Mediaset no tiene en cuenta los derechos y principios de los accionistas más básicos del gobierno corporativo con el único objetivo de favorecer a Fininvest (matriz propiedad de Berlusconi), sin siquiera reconocer una prima para las minorías".
El segundo accionista tacha la Junta de Accionistas de "ilegal" y explica que "un número cada vez mayor de accionistas e inversores cuestionan los méritos de la transacción propuesta". El grupo que en España dirige Paolo Vasile guarda silencio sobre esta polémica.