Rocío Carrasco está triunfando con su serie documental llamada "En el nombre de Rocío". De hecho, ya ha alcanzado el noveno capítulo en el que sale a la luz el final de la cordialidad de su familia tras la muerte de su madre, Rocio Jurado. Esto lo hace con la finalidad de tirar de la manta y contar su verdad.
En el episodio en cuestión, Rocío Carrasco repasa lo acontecido después del fallecimiento de su madre y cómo comenzó a ver actitudes y movimientos sospechosos por parte de algunos miembros de su familia para hacerse con parte del patrimonio de la cantante, el cual está tasado en 7 millones de euros. Además, si tres personas salen mal paradas en esta entrega esas son José Ortega Cano, Amador Mohedano y Gloria Camila.
Rocío Jurado murió en 2006. Concretamente en junio de dicho año. La causa fue un cáncer de páncreas. La artista dejó patrimonio repartido entre viviendas, un legado musical, muchos objetos de incalculable valor económico y personal. Por ello, Rocío Carrasco asegura que algunos miembros de su familia cambiaron sus comportamientos de cara al reparto de la herencia. "A partir de ese día con mi familia termina explotando. Cada uno termina por un sitio. Algunos juntos y otros por nuestro camino”.
Posteriormente, en su documental entra a detallar cómo se realizó el reparto de las propiedades de su madre entre sus seres queridos. Asimismo sentencia: "Se unen a la persona que más daño le ha hecho a su hermana en vida a su mujer, a su sobrina y a la hija de tu mujer. El que va fardando de que lo querían mucho y que moría con él y todo ese tipo de cosas”. Cabe decir, que las intenciones de la cantante fue dejarlo todo arreglado para cuando falleciera, con la finalidad de que a ningún ser querido le faltase nada en su ausencia.
Sin embargo, esto no lo logró. De hecho, su familia sigue batallando mediáticamente por sus propiedades 16 años después. Para explicar esto, Rocío Carrasco ha detallado cómo se realizó la distribución de la herencia, informando que ella fue declarada heredera universal, lo cuál significa que a ella le pertenece el patrimonio musical de su madre y los objetos, trajes, joyas y recuerdos de su etapa como artista. Estos ahora se encuentran en el museo de Chipiona.
El reparto que hizo Rocío Jurado
Por tanto, se puede deducir que Rocío Jurado quiso que su hija mayor fuese la gran privilegiada del reparto, dado que se quedó hasta con diez veces más del patrimonio que cualquier otro miembro de la familia. Por su parte, sus hermanos se conformaron con un tercio del total repartido entre los dos.
Esto se vio reflejado con la venta de La Moraleja en un millón de euros para cada hijo, que al ser menores de edad no podían disfrutarlo. Asimismo, su padre, José Ortega Cano, al estar en régimen de separación de bienes se tuvo que dar por satisfecho con una parte de la ganadería de reses bravas que montaron juntos en Yerbabuena.
Por su parte, a Amador Mohedano le cedió la finca de Los Naranjos a repartir con su hermana Gloria. A su hermano le dejó también una nave industrial en la localidad de San Sebastián de los Reyes de Madrid, lo mismo que le cedió a su ahijado, Fernando, hijo de Amador y Rosa Benito. Por último, el secretario personal de la cantante fue agraciado por sus años de dedicación con un dúplex en Chipiona.