Lo que pudo ser y no fue: Núñez Feijóo pagó un precio muy alto por entrar en la política

El éxito profesional del actual presidente de la Xunta gallega se llevó por delante su relación con Chinny Gámir.

Lo que pudo ser y no fue: Núñez Feijóo pagó un precio muy alto por entrar en la política
Lo que pudo ser y no fue: Núñez Feijóo pagó un precio muy alto por entrar en la política

Alberto Núñez Feijóo se ha convertido en el hombre 'de moda' dentro de la política nacional española, no sólo por ser el próximo líder del Partido Popular, tal y como ya se espera desde dentro y fuera del partido, sino también por ser el gran candidato de la derecha española para arrebatar a Sánchez la Moncloa y dar un giro de 180 grados a la gestión española, siendo la gran promesa del PP para la recuperación económica del país.

Un cargo que supondrá un nuevo paso en la carrera profesional de Feijóo quien, tras entrar en política, ha conseguido ascender crecer de forma exponencial gracias a su gran sistema de gestión de las admnistraciones.

Jordi Cañas desvela lo que el separatismo fue a negociar a Moscú:"Buscaban muertos"

Así pues, de estar al frente del Insalud en 1996, el ourensano pasó por la presidencia de Correos, hasta que el Prestige provocó la caída de Xosé Cuiña, y Fraga le llamó para que se hiciera cargo de la Consellería de Política Territorial, lo que acabó desembocando en un cargo de vicepresidente primero de la Xunta y, posteriormente, presidente de la Xunta de Galicia.

Sin embargo, no todo han sido victorias y buenos momentos en la vida política del gallego: y es que, para llegar a donde se encuentra actualmente, Feijóo tuvo que renunciar a una de las cosas más valiosas de su vida: su pareja, Chinny Gámir, con la compartió más de diez años de relación sentimental.

El futuro que no fue con Chinny Gámir

Tal y como ha contado la propia Gámir en varias entrevistas, su relación con el actual presidente gallego comezó por casualidad, cuando ella, por insistencia de un compañero de redacción, se encontró con Feijóo en Madrid para hacerle una entrevista, saltando entre ambos una chispa de manera inmediata.

Así pues, de forma discreta ante los medios de comunicación, la periodista y el entonces presidente de Correos comenzaron una relación idílica por las calles de Madrid... hasta que el Prestige también comenzó con el hundimiento de su amor.

Y es que, llamado por Fraga, Feijóo no dudó en acudir a Galicia a ponerse al frente de la situación, lo que provocó una distancia de 600 kilómetros entre ambos que, poco a poco, fue ahogando la felicidad que antes existía en la relación.

Puigdemont siempre chupó del bote: así fueron sus negocios antes de ingresar en política

Sin embargo, decidida a tomar las riendas de la situacion, la periodista abandonó su trabajo en Madrid para seguir a su chico en la carrera por la presidencia gallega: "ahí si que cambiaron las cosas, pues a parte de las responsabilidades que asumía Alberto, yo entraba en una situación de dansiedad, obligada a replantearme el futuro y dejar el trabajo para estar más cerca de él. Sentía que era lo que me tocaba hacer" aseguraba ella.

Pero pronto la distancia volvió a hacer mella en la relación, ya que Gámir fue llamada para convertirse en la Jefa de Prensa de la Secretaría de Estado de Presupuestos, lo que volvía a poner distancia entre ellos.. y volvía a poner a Gámir en una situación comprometida con su equipo: "se pasa mal cuando hablan de ti por los pasillos del ministerio" lamentaba. Algo que acabó siendo demasiado para la relación entre ambos, oficializándose su ruptura poco después.